El corazón del madrileño barrio de Moncloa fue testigo de un concierto atípico, de los que se ven pocas veces, aquello que nos recuerda que el deseo fue el motivo por lo que abandonamos el paraíso (Mereció la pena).
Hoy tocaba Doctor Deseo y como bien dijo Charly Rock and Roll, cerveza en mano que el espectáculo que íbamos a ser testigo; o te gustan o te encantan, siendo uno de esos grupos que de alguna manera te cambia la vida. Y la verdad es que no le falta razón al bueno de Charly, este sexteto simboliza la otra manera de hacer las cosas en esto de vivir; otras formas para las relaciones humanas, para el sexo, para las drogas y también para escribir. Todas y cada una de ellas, en contra lo que dicta la sociedad.
Bien acertados en cuanto a nombre (Doctor Deseo) comienzan a primeros de los 80, hábiles navegantes de las agujas de la tristeza y el dolor, uniendo la necesidad de no satisfacer jamás hasta la saciedad el deseo, siendo esto la única manera de proporcionarnos placeres infinitos. Y es en este último recurso donde marcan la diferencia que les ha convertido en grupo referencia.
Ya en la previa, ambiente cabaretero de los 70 se apoderó de la sala, con un público muy puntual, éramos muchas las soledades que nos dábamos cita, buena entrada, punto a favor a la cita, la cual requiera muchísimo calor para aquel improvisado "Kit Kat Club" de la suntuosa película Cabaret. Y así daba comienzo el espectáculo con una apabullante entrada de saxo, empezaba "Busco en tus labios" canción que da nombre al nuevo disco, a la gira y como bien dice la canción; "a la manera de vivir de cualquiera…" Y ante tal tesitura, salía Francis ataviado con un chaleco bordado al más puro estilo Toulouse-Lautrec, glamurosa liga roja y linterna en mano cual faro guiando a buen puerto, la complicidad de los asistentes. La cual encontraría refugio en cuestión de instantes en la consulta de tan curioso Doctor. Y así se sucedían una tras otra la genialidades de este grupo "Dulces Sueños", "Ez nauzuizangoberriz", "Noche de Viernes". Buen momento para recordarle a esta primavera que no acababa de romper la magia que embruja los viernes y sus noche de vértigo, el cual desafiaba Francis con una gran demostración de una de sus muchas pasiones; la montaña. Surcó hasta encaramarse al segundo anfiteatro de la sala, cual cara Norte de Himalaya. Llego el tiempo para "Torpe corazón", buen medicamento para la compensación de la razón y el corazón.
Seguía el espectáculo con "Destrozo, promesas y arrepentimientos" y "Cuanto frio hace en Marte" aludiendo a las mayorías electorales, que aun a día de hoy se siguen registrando .Porque señoras y caballeros, aquí también hay cabida para 
reivindicar, no solo lo divino y pagano de las relaciones humanas destilándolas en emociones, sino la sinrazón política de este estado. "Equivocarse hasta acertar", "En tu rincón" y "De la mano del Deseo" era el bloque dedicado a la otra oportunidad, a ritmo de un tango como con "Peces abismales" al más puro estilo Malevaje. Con "Antes de que me salve el olvido" y "Gotas de dolor, un charco de olvido" llegamos al meridiano del espectáculo, para cambiar la dinámica, sin perder en espectáculo y tornándolo más contundente. Después del leve receso empieza "Aunque Aun Siga Siendo De Noche", estos grandiosos músicos nos iban a demostrar que Doctor Deseo no se iba a marchar de Madrid sin dejarnos con la boca abierta. Para muestras "La química precisa", los ritmos arábicos de"De chocolate y vainilla" que es como sabe el pecado, que bien dice Francis con esa dicción, unido al acento tan partícula del barrio bilbaíno del Ulibarri, antaño barrio de inmigrantes de diferentes puntos del estado. "Loco" y "DancinHell" nos demuestran que el que no se mueve es porque no está vivo, no hay tregua, la orgia de notas percibidas sin derroche del saxo, guitarra, bajo, teclado y batería al compás, ponen los dos rombos a los sentidos musicales. Breve receso, luces fuera, suena una melodía al saxo y unos versos que dicen; -"Ahora que el carmín tiñe el cielo de tu noche, y la ría en silencio susurra pecados", sí, sonaba el himno de la Aste Nagusia, "De nuevo en tus brazos (Morirse en Bilbao)", la verdad no se me ocurre otro sitio mejor para morir, y volver a nacer. El último tramo del concierto nos esperaba"Que amanece por ti", "Isla de cielo", "Tracy Lord" y "Fuguitivos del Paraiso". Momento emotivo donde los haya fue en "Abrazame", no por lo colosal de la canción, más bien por la leyenda que encierra, porque este impresionante tema no es una canción de amor, aunque son muchos son los que se han declarado a sus amados o amadas. Más lejos de ese fin fue compuesta en recuerdo del tristemente desaparecido Marco Antonio (Tijuana in Blue).
Parada escénica para coger fuerza, más conocida como "bises", nos deparaba un tramo final de concierto con destino en tus brazos con "Corazón de tango". Irrumpe con fuerza el tema Dick Dale, de Misirlou (Para los neófitos de las música Surf, más conocido como tema central de la película Pulp Fiction). Sin darnos cuenta nos vemos transportados del improvisado Moulin Rouge parisino, al casco viejo de Bilbo, suena"La chica del Batxoki" interpretada con un cariño especial, será por que como 
bella dama que es, se hizo esperar y para acabar este viaje, ¿qué es de un viaje sin un mar? Pues dos tazas que dirían, con "Un mar en medio", broche más que acertado.
Me remito para concluir, a una frase de Francis: "A todos nos gusta que lo bueno dure siempre, pero luego dura lo que tiene que durar, normalmente más de lo debido", Y eso, en buena esencia, es lo que fue este magnífico cabaret improvisado, emotivo y a la vez canalla de arrabal, gracias a Doctor Deseo por vuestro "buen hacer por placer".
Y por placer e intentando buen hacer hasta el próximo concierto, porque con lágrimas en los ojos y el corazón a ritmo de corcheas, la vida es aquello que pasa entre concierto y concierto.
- Paloma Novo
