EDITORIAL: Carne de canción

Antonio Abengoza
Antonio Abengoza,

Cantante, guitarrista y compositor del grupo Yeska. Nacido el 5 de marzo del 1987 en Herencia (Ciudad Real). A los 6 años le compraron su primera guitarra, aunque la afición seria a dicho instrumento le llegaría a los 12. Un par de años después ya componía sus primeras canciones, cuando aún cursaba estudios en el colegio de frailes.

Funda Yeska en el verano de 2004, grupo de rock duro y urbano que se estrena en 2010 con el disco Diez ases en la manga, y cuyas coordenadas estilísticas vienen marcadas por artistas como Rosendo, Roberto Iniesta, Antonio Vega, Iosu Expósito (Eskorbuto), Pepe Risi (Burning) y Francis Diez (Dr. Deseo). Hasta ahora todo lo que había escrito en prosa era de uso interno, así que el relato El tren del fracaso (Incluido en Simpatía por el Relato) es su debut en público. También escribe, a veces, en Hankover el blog de Patxi Irurzun. Entre sus escritores favoritos destaca a Joël Egloff, Almudena Grandes, Antoine de Saint-Exupery, Mario Puzo, Benedetti, Bukowski y Dostoievski

En octubre (o así), Olga me pedía que escribiese la Editorial de noviembre para Zona Ruido. Con un poco de retraso, aquí la entrego. Al principio no sabía muy bien sobre que escribir. Y esa, ha sido una de las razones de la tardanza. Tampoco quería buscar un tema recurrente, y hablar de crisis mezclada con música. Estoy harto de oír la palabra “crisis” por todos sitios. Sé que hay crisis, pero si echas la vista hacia atrás varios siglos verás que el mundo siempre ha estado en crisis. Casi se podría decir que el mundo lleva en crisis desde que es mundo, y seguirá así hasta que deje de serlo. Que hoy puede que te toque a ti, pero si piensas un poco más allá, te darás cuenta de que no eres el único, y que los culpables de todo siguen siendo los mismos de siempre.

En fin, con estas de no hablar de crisis, me planto delante de un folio, con la guitarra cerca. Día tras día. Normalmente el folio siempre termina con dibujitos y frases que, contra mas las leo, menos me gustan. Hasta que un día, como por arte de magia, sale una canción, o un relato, o lo que sea… Cualquier cosa de esas que salen y sientes como que te quedas hueco por dentro, totalmente vacío, como que has expulsado todo lo que tenias dentro de ti. Es una sensación muy reconfortante, aun mirando el folio con cierto miedo, miedo de que ya hayas dado todo lo que podías dar… lo mejor de ti. ¿Quién sabe si volverás a escribir algo que te llene? Algo digno, auténtico, macarra o tierno.

Escribir una canción, a veces, es cuestión de diez o quince minutos. Sin comerlo ni beberlo, sale algo que realmente te gusta, te llena y te emociona. Casi sin esfuerzo en ese momento, porque supongo, que ese es el resultado de quebrarte la cabeza y el corazón durante muchos días de sequia. Otras veces, trabajas sobre algo y el proceso compositivo dura días, semanas o incluso meses. Algunos proyectos quedan apartados u olvidados y luego, al tiempo, se vuelven a retomar. O no. Simplemente son pasos que complementan tu aprendizaje.

A mí, no me sirve ninguna ley, ni ninguna clase de teoría para que salgan cosas. Simplemente no me pongo ninguna barrera: Si gusta se queda, y si no, a la mierda. Y los prejuicios o etiquetas que se los coma otro, que a mí, en ese sentido, no me van para nada. Además, hay muchos que disfrutan en exceso con ese plato.

Esta chapa (o editorial) viene dada a que a lo largo del tiempo, me he dado cuenta de que lo que más me gusta de la música no es ni el circo, ni el directo, ni la pasta (cosa de la que todavía no puedo opinar…), ni ensayar, ni conocer mundo… Puede parecer extraño, pero lo que más me gusta de la música, es eso, la música. El proceso creativo, dar forma a tus ideas, moldearlas, plasmarlas y transmitirlas. Ya sea solo o en conjunto. Discutir sobre que sonido va mejor en este pasaje, sobre quien acompaña a quien… Investigar en las grandes enciclopedias, que no son otras que los discos, para aprender más. Me encanta eso de encerrarte durante horas y salir con algo nuevo bajo el brazo. Sin poder dejar de pensar en otra cosa después. Pensando en que será lo mejor para la canción, sin que nada mas importe, porque en la música, creo que las decisiones más importantes se deben tomar pensando en lo que sea mejor para las canciones. Todo debe de girar en torno a ellas. Todo lo que no sea así, ya me empieza a parecer parte de un negocio que nada tiene que ver con lo que se crea de la nada, sin moldes. Es algo grande reconocerlas, nacen solas para no morir nunca.

Y, bueno, una vez explicadas mis prioridades, me despido con la opinión plasmada en un folio, pero no sin antes dar mi más sincero pésame a los tributos, porque esas sensaciones transmitidas son algo que ellos jamás podrán experimentar. El único músico vivo, para mí, siempre será el que tiene la necesidad de crear. Puede que seamos mercenarios, pero ese no es el tipo de trabajo que hacemos por encargo. Como decía Lichis, somos carne de canción.

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