ENTREVISTA: Boikot

Boikot tiene ya en la calle su último trabajo. El duodécimo disco de la banda lleva por nombre Lágrimas de rabia y lejos de ser un documento puramente auditivo, por los doce temas que se incluyen en él, también consta de un DVD, dividido en dos partes: por un lado, lo que no vemos de la banda normalmente y por el otro, un documental acerca de la Guerra Civil, con las declaraciones de personas que la vivieron. Hemos tenido la oportunidad de hablar con Kosta y Juankar, para que nos cuenten más acerca de este último trabajo.

BoikotZonaRuido: En el corte número 3, que es el que da nombre al disco, se nos habla de enseñar a nuestros hijos a luchar por la libertad. ¿Creéis que con todo lo que está pasando en este país, la actitud de la sociedad, en general, es un buen ejemplo para las generaciones venideras?

Kosta: Precisamente lo que nosotros hacemos es una reflexión para intentar no olvidar los oscuros momentos que se vivieron en este país y que desgraciadamente, parece que vamos encaminados a repetir. La canción Lágrimas de rabia, aparte de hacer referencia a la Guerra Civil, engloba un poco la visión general del disco, del sentimiento actual al vivir los días que nos está tocando vivir: la crisis económica, el hecho de que la gente lo está pasando mal… Lágrimas de rabia era el título que más encajaba con este nuevo trabajo. En cuanto al tema en concreto, sí es una especie de homenaje a la Guerra Civil y ese trocito de poesía que se incluye, que además lo escribí yo, me recuerda un poco a Asfalto con su Días de escuela. La intención es la de inculcar a la gente que no se rinda, que hay que apretar los dientes y seguir luchando, sin olvidar lo que ha pasado, para sobre todo evitar que se vuelva a repetir. En cuanto a dar ejemplo o no, es algo en lo que no podemos generalizar, puesto que dentro de la sociedad hay gente que se mueve y gente que no lucha; hay gente inquieta y gente acomodada y conformista que no va a las huelgas, que no se manifiesta en las calles… En definitiva, que no hace ruido. Creo que el sentir general de la gente es -nos han hecho creer- que lo de salir a la calle no nos va a servir para nada más que otros te miren y te vean como un delincuente, aunque yo soy de la opinión totalmente contraria. Hay que salir a la calle, protestar, tomar las plazas, los barrios y luchar por lo que es nuestro. Pero sí que es cierto que hay mucha gente que no hace nada y luego la inmensa minoría, que salimos a la calle e intentamos por lo menos, poner las cosas encima de la mesa y decir lo que hay.

ZR.: ¿Podríamos decir que este tema es de algún modo, la parte del DVD que habla de la Guerra Civil, pero hecho canción?

K.: Sí, efectivamente. El documental está muy completo. Aunque era bastante más largo, se ha quedado en unos 15 minutos y en él se recogen testimonios de primera mano de personas que han vivido esta época. Son maestros o gente en general relacionada con la cultura, que relatan cómo fueron a por ellos, les aplastaron y a muchos de ellos les quitaron de en medio. Recomiendo a todo el mundo que lo vea, porque es escalofriante, pero también muy emocionante. Son testimonios de personas que te cuentan cómo llegaron a sus casas, fusilaron a sus padres y los tiraron luego a una fosa, en la que lamentablemente siguen a fecha de hoy sin haber tenido la oportunidad siquiera de enterrarles…

BoikotZR.: Otro de los temas del disco, Golpear de pie, de nuevo una invitación a la lucha, nos dice que estáis “quemados y desbordados de rabia”. ¿Qué es, sobre todo, lo que le hace desbordar de rabia a Boikot?

K.: Juntos llevaremos unos 17 o 18 años y todos nuestros momentos han sido ciclos. Hace 10 años igual sí que había, como hoy, un malestar potente en la calle. Luego llegaron los años de bonanza y parecía como si hubiéramos “pasado de moda” con nuestras canciones, pero ahora, de repente volvemos a estar “de moda” por decirlo de algún modo, aunque me joda decirlo, porque preferiría que por las circunstancias, no fuese así. Hace poco en un concierto nos preguntábamos cómo era posible que hubiese temas antiguos que estuviesen de rabiosa actualidad. Golpear de pie refleja esa rabia, que como decían los Reincidentes, es un motor que te impulsa. Tenemos que cerrar los puños, apretar los dientes y luchar. Las calles están llenas de adoquines…

ZR.: Habladnos del título del corte número 6 del disco, Naita Na. ¿Tiene alguna traducción, algún significado?

K.: En realidad no… era un poco coger el símil de la canción de los judíos y ver cómo está el mundo. Por un lado tenemos a Israel que lo tiene todo, todo el armamento, toda la tecnología… y por otro lado tenemos a Palestina que no tiene nada, que son campesinos, que han sido invadidos, expropiados… No encuentro adjetivo para poder definir lo que están haciendo con el pueblo palestino… Justamente esta canción o un fragmento de la misma, hace referencia a una canción judía y a ese “Naita ná” le hemos dado el sentido de “Nada de nada”. Es algo que no ha pillado casi nadie, por no decir que nadie, directamente… De hecho, cuando estuvimos tocando en San Fermín, que va gente de todos los países, nos pasó algo muy curioso. En la prueba de sonido estábamos tocando este tema y se nos acercó una chica diciendo que ella era de Israel… y nos dieron hasta ganas de decirle… “Ay, si tú supieras lo que dice la canción… igual ni te acercabas…” (Risas).

ZR.: En el videoclip de este tema, aparece el grupo turco Bandista. ¿Cómo surge esta colaboración?

K.: Tenemos una especie de unión extraña con Turquía, donde hemos ido ya varias veces a tocar. Al principio tienes una idea de que vas a llegar y te vas a encontrar a todo el mundo con su turbante y demás, pero luego descubres que aquello no es así, sino todo lo contrario, que es un sitio muy cosmopolita, sobre todo Estambul. Nos llamaron para un festival a raíz del cual conocimos a Bandista. Surgió una chispa, un colegueo con ellos, hablamos de hacer algo juntos, salió una mini gira por Turquía con ellos y es así como empezó todo. Y hablando de Bandista, nos ocurrió algo muy impactante con ellos, algo que jamás habíamos visto… El batería de la banda falleció y cuando volvimos a tocar con ellos, iban sin batería... Cuando preguntamos si no tenían batería, nos comentaron que para ellos había fallecido un hermano y no le iban a sustituir. Es que es recordarlo y se me ponen los pelos de punta…

ZR.: El corte 8, Quiero volver, es el tema “tierno” del disco. ¿Se hace necesario entre tanta carga política, temática de lucha, rabia acumulada… parar un poco el ritmo y cambiar de tercio, para no encabronarse uno del todo?

BoikotK.: Bueno, en Boikot cantamos tres y tenemos cada uno una manera particular de confeccionar las canciones. Esta es un poco más la temática de Alberto. Él ha seguido más a grupos de rock urbano como Leño, Barricada o Extremoduro y es el que pone el punto “tierno” en el grupo. Juankar y yo siempre estamos un poco más enseñando los colmillos y aunque Alberto también tiene ese toque protestón, sí es el que pone la chispa más conmovedora y ese puntito de amor en las letras de Boikot.

ZR.: Sexo, drogas y rocanrol es otro de los temas del disco que cuenta con videoclip, en el que se habla de la gran mentira del Rock & Roll. ¿Cuál es para Boikot la gran mentira del Rock & Roll?

K.: Joder… (Risas). Principalmente creo que es el hecho de que el rock & roll está tratado como un negocio. De hecho lo es, pero una cosa es el capitalismo salvaje y otra es el comercio que de alguna manera puede contribuir al desarrollo entre pueblos. Cuando metes al rock & roll dentro del treadmill de producción capitalista, como pueden hacer las grandes multinacionales y lo tratan como si fuera la coca-cola… Habría que preguntarles a los Sex Pistols, qué pensaban cuando ellos, con su punk, tenían una multinacional detrás y esto les llevó a tocar por todo el mundo. Esta canción si es un poco un guiño a ese mito del sexo, drogas y rock & roll. Pero por ejemplo esto en nuestra división eso no se da. No sé si en otras divisiones, tipo El Canto del Loco, que imagino que será de otra manera… y ya en el guiri, ni te cuento… Pero bueno, era un poquito esa mofa y dirigido también a las multinacionales, que son las que se han cargado un poco la música, vendiéndola como el que vende perritos calientes. Hubo un momento en el que llevabas tu disco y les daba igual lo que fuese. No se molestaban ni en escucharlo. Solo les interesaba saber lo que vendías, para darte un “sí” o un “no”. Llegó un momento en el que era un tema pura y exclusivamente mercantil. Nosotros por suerte, nunca hemos estado con una multinacional. Hemos estado en compañías, pero siempre con gente que sabemos que puede creer en lo que haces, que te apoya y se embarca en tu misma aventura. Eso es lo que reflejamos en esta canción.

Por cierto… ¿No creéis que queda un poco “feo”, con el trasfondo de esta canción, salir en el videoclip con una camiseta de Censurados?

K.: ¿Quién llevaba la camiseta de Censurados? ¿Juankar? Pues esa pregunta se la haces a Juankar directamente… (Risas). No hombre… lo de las camisetas, siempre que te pones una camiseta de otra banda, es para apoyar. Por ejemplo, en el vídeo de Naita Ná, Alberto sale con una de Yeska. Siempre que nos ponemos una camiseta de otro grupo es con buen rollo.

Juankar: No… en aquel momento me la puse porque era la que ellos me habían dado para un videoclip y fue ese videoclip como podía haber sido cualquier otro. No hay ningún tipo de maldad en ello, aunque ahora que lo dices… nunca más me volvieron a hablar… (Risas)

BoikotParte de la letra dice: “Aunque yo pierda ese tren, yo seguiré en la puta vía” ¿A qué tren le gustaría subirse a Boikot y llegado el caso, a costa de qué?

K.: A “costa” de qué… ¿No? (Risas). Hay varios trenes… Es que a Juankar en este disco parece que le ha dado por la Renfe, que habla de trenes en varias canciones… (Risas). No sé si en esa parte que dices se refiere a las cosas que sacrificas en tu vida por hacer lo que te gusta, ya sea la música, el deporte… lo que sea. A veces tienes que sacrificar familia, amigos, novias… y no sé si en esa parte se refiere a esto, a perder el tren de la vida, de vivir una vida “normal” por vivir el mundo del rocanrol, que es un poco el mundo al revés. Trabajas cuando los demás descansan y donde los demás se divierten y es un poco como ir a contracorriente.

En cuanto al tren al que nos gustaría subirnos, he de decir que yo estoy encantado con el tren en el que estamos. Estamos en el tren de Boikot, seguimos en el tren de la música, que es lo que nos gusta y esperemos que dure muchos años.

JK.: Yo creo que la ilusión cuando uno empieza hace que tengas en mente que hay algo en la música que te pueda mantener, que te permita vivir de ello y al final te das cuenta de que es un trabajo normal y corriente, con el que nadie tiene yates, ni grandes mansiones… Simplemente es una alegoría del “rock & work”, para derribar ese mito y esa falsa imagen que se ha dado siempre con la frase “sexo, droga y rock & roll”. Aquí no hay sexo, aquí no hay drogas y rock & roll el que cada uno hace, el que a cada uno le guste.

ZR.: Instinto Animal es un tema que ha escrito el cantante de Yeska, Antonio. ¿Lo ha escrito para Boikot o él escribe el tema y por circunstancias termina en vuestras manos?

K.: Sí, sí, la canción la ha escrito para Boikot. Este chico tiene unas letras muy buenas. Todo fue porque Alberto estaba un poquitín vago y un día que estábamos en casa de Antonio salió el tema y nos dijo que nos iba a escribir un tema. Además ese día también estaba Fernando “Reincidentes” y él dijo, que iba a hacer la melodía y bueno, nos preguntamos un poco qué es lo que iba a hacer Alberto si se lo iban a dar todo hecho… Iba a poner solo la cara… (Risas).

Llama mucho la atención al ver el videoclip de este tema, que se proyecta al revés de como se ha grabado. Si asociamos este detalle a la temática de la canción, ¿Lo podemos interpretar como una etapa de la vida para olvidar? ¿Cómo si se quisiera a veces, desandar el camino andado?

K.: Ese vídeo tiene multitud de interpretaciones. Por ejemplo, cuando haces un vídeo siempre intentas que vaya a ritmo con la canción y ese está totalmente fuera de ritmo. Empieza al revés y la historia está chula a pesar de que sí nos ha comentado gente el tema de la jeringuilla, que es algo desagradable y tal, pero bueno que en interpretaciones, cada uno puede tener la suya propia, sí. Para mí, personalmente la lectura es de una relación y no le veo un trasfondo tan grande, sino que lo interpreto como una relación entre dos personas, que se termina. Igual termina de un modo algo brusco, pero como la letra es de Antonio, él también le habrá puesto su toque particular.

Por alusiones y por ser el que firma la autoría de este tema, hemos querido preguntar a Antonio, cantante de Yeska, acerca de este mismo tema y tener de este modo una visión lo más amplia posible. A misma pregunta hecha a Boikot, la respuesta de Antonio es:

Antonio Yeska: A la hora de componer la canción te basas solamente en la canción, no piensas en un vídeo. Visto así, todo el conjunto (canción y video), el hecho de que haya etapas para olvidar puede ser una interpretación más, tan válida como cualquier otra, porque creo que las canciones están para que cada uno las interprete a su manera. Pero al hacer la canción lo que se ha intentado es contar una historia con amor, desamor, drogas… y yo personalmente no creo que sean cosas a olvidar, la vida hay que ir asumiéndola conforme viene y luchándola, cada cosa tiene su momento y de todo se va aprendiendo.

BoikotHablando de andar hacia atrás ¿Desandaríais alguno de los pasos que habéis dado desde los inicios de Boikot?

K.: ¡Hostia!… El otro día hablaba una folclórica de estas en la televisión, diciendo que estaba muy orgullosa de todo lo que había hecho y que lo volvería a hacer todo de la misma manera. Y yo pensé que menuda estupidez, ¿No? Ojalá nos dieran a todos la oportunidad de volver a repetir la vida, porque sin lugar a dudas mejoraríamos cosas. No viviríamos de la misma manera, sino que lo haríamos mejor. No se trata de “cometer errores”, que a veces sin ser errores, si te dieran otra oportunidad de hacerlo, sencillamente, lo harías de otro modo. No sería tanto “desandar”, sino aprender de lo andado para mejorar ciertas cosas.

Siguiendo con esta canción, los hay de la opinión de que es una versión del Moonlight Shadow de Mike Oldfield, solo porque contiene un extracto de este tema. ¿Qué tenéis que decir a eso?

K.: ¿La canción entera? No… entera no. Lo que pasó es que llegó la parte del solo y me calcé el solo de Moonlight Shadow y dije “hostia, esto entra aquí del tirón” y así fue. A pesar de que los demás decían que no, al final se quedó. Pero vamos, que solo fue ese trocito, una versión, ni por el forro… Es más, te puedo decir que probablemente haya en ese tema más influencias de Barricada, por ejemplo, que de este tema de Mike Oldfield.

ZR.: Acompáñame podría ser una especie de oda a la música en general, al rocanrol en particular, aunque vosotros mismos habéis dicho que es una canción para todos vuestros seguidores. ¿Qué se siente cuando se hace una lectura de una canción que no es la misma que le habéis dado vosotros?

JK.: A la hora de escribirla le queríamos dar importancia, más que a la música, a la gente que te apoya, a la gente que va a los conciertos, a los festivales. Es asociar la idea de un concierto de rocanrol a la imagen de un tren que va a toda hostia. En un concierto de Motorhead, ese ruido es como el de un tren, como el de una apisonadora… pero claro, hablar de una apisonadora en una canción, pues no es que quede muy bien. Siempre queda mejor hablar de un tren. Es como un viaje. Es una manera de decir algo sin ser tan obvio. En este disco lo que queríamos era tratar las letras sin ser tan explícitos e intentar también darle una múltiple interpretación, darle un simbolismo y hemos comparado un concierto de rock con un tren, en el que todo el mundo forma una piña, porque en este sentido es algo bastante similar. Y cuando se apagan las luces, que termina el concierto, es la parte más dura, la del regreso. Y al escribir esa canción, la idea era un poco englobar a los seguidores de la música en general, no solo a los seguidores de Boikot. Es una dedicatoria a lo que nos une, que es la música.

BoikotZR.: El último corte del disco es Mi ciudad ruidosa y gris. ¿Habla de una ciudad en concreto –que en principio todo parece apuntar a que podría ser Madrid- o de todas y cada una de ellas?

K.: Ávila, Ávila… Habla de Ávila… que es una ciudad muy bonita.

JK.: No, no… de Segovia… (Risas). Una de las cosas que se arregló de la letra, porque luego se pasó un filtro brutal, fue quitar la palabra “Madrid”, precisamente para que cada uno interpretara la ciudad dónde vive, porque generalmente son todas iguales, todas de cemento, llenas de polución… Pero la idea al escribirla sí hablaba de Madrid, una ciudad que siempre ha sido y siempre será un icono de muchas causas sociales. Hay gente que tiene mucho odio a Madrid y esta tema era un poco apelar a ese sentimiento “barrionalista”. ¿Por qué no voy a hacer una canción que hable de mi barrio? Y si a alguien le molesta, pues que le moleste. Pero se quitó “Madrid”, porque es una palabra que va unida siempre al centralismo, al gobierno, al fútbol y lleva un montón de contraindicaciones que prohíbe casi a veces decir que eres de aquí. De hecho a mí de pequeño me partieron la cara por decir simplemente que era de Madrid. Yo no entiendo ese odio y no entiendo el por qué no voy a poder apelar a ese sentimiento barrionalista del que hablaba… Hay más grupos que escriben canciones a sus barrios y no pasa nada. No sé por qué tiene que pasar porque Boikot haga lo mismo. Nosotros respetamos la identidad de cada uno y también se nos debería respetar a nosotros. Pero sí es cierto que de entre los muchos prejuicios que hay para hablar de ciertas cosas, Madrid es uno de ellos y hemos evitado mencionarla en este caso, para evitar los tópicos del “ya están los centralistas”…

¿Creéis que es determinante a la hora de montar una banda y llegar a algún lado, la ciudad donde se nace, se crece… la ciudad donde se monta la banda?

K.: Hombre, en cuanto a logística por lo menos sí, totalmente. Es bastante más fácil por ejemplo desde Madrid, moverte a cualquier punto del estado. Por ejemplo los Trashtucada, que son nueve, imagínate desde Cádiz… cualquier desplazamiento para tocar en un concierto, es una aventura, son horas y horas.

JK.: Pues imagínate los Maiden, que vienen desde Londres… (Risas).

K.: A nivel también de infraestructura, de medios de comunicación, bares o salas de conciertos para tocar, está claro que si vives en Madrid, Barcelona, Valencia, sitios grandes, lo tienes más sencillo. En este sentido sí que es cierto que parece que Madrid juega con un poquito más de ventaja con respecto al resto.

JK.: Esa pregunta la he escuchado yo hacer a los grupos de Seattle, preguntando si la música grunge en su momento solamente se podía hacer en Seattle, y qué va… se puede hacer en cualquier sitio… (Risas). Yo creo que la salida la da cada banda y las oportunidades dependen más de que el grupo sea bueno que cualquier otra cosa, aunque está claro que depende donde vivas facilita o no facilita. Pero si un grupo mola… Ahí tienes a mogollón de bandas, como por ejemplo, a Siniestro

BoikotSí, bueno, pero aquella era otra época en la que no había tampoco la cantidad de bandas que hay ahora… Había menos bandas y por decirlo de algún modo, era “más fácil”, en cuanto a que había menos material para escuchar y menos donde elegir.

JK.: Bueno… yo no me quiero ni imaginar aquellos conciertos en los ’70 que se tenían que comer los Leño tocando encima de tractores, de pallets de fruta…

K.: Yo me acuerdo cuando estaba estudiando guitarra, que iba a la academia de Hermes Calabria, el batería de Barón Rojo y él nos contaba historias, como por ejemplo que solo por ir con el pelo largo les paraba la policía y eso es algo por ejemplo, que no te pasa ahora. Antes, comprarte una guitarra o un amplificador, era un desembolso increíble… o un local de ensayo, que ahora hay mil, pero antes no existían… Y ya lo de grabar un disco era… Por eso yo creo que sí, que antes había menos, pero también era bastante más complicado. Ahora es más fácil montar una banda y que todos tengan sus instrumentos, tener un local de ensayo, grabar un disco, está internet para difundirlo…

¿Creéis que en lugar de ser un avance el hecho de que haya más medios y todo esté más al alcance de todos, podría suponer un “paso atrás” para la música? Quiero decir, el hecho de que haya tantas bandas, que sea tan fácil grabar un disco, valgas o no para esto…

J.: Yo creo que mola que la gente se interese por tener un grupo y por hacer música, porque eso le da una identidad cultural a una sociedad, y ya no solo montar un grupo, sino que le dé a la gente por ir a talleres de pintura o cosas así. En la época de la que habla Kosta, que nosotros éramos unos canis, yo recuerdo cómo la mayor parte de la gente que era mayor que nosotros no tenía dinero para una guitarra, pero si lo tenía para ponerse de burro hasta las cejas. Y ahí hay una “generación perdida” que igual de haber tenido tanto la cultura como las facilidades que hay ahora, hubieran tirado por otro camino. En los 70 por ejemplo es lo que pasó con la heroína, que cayó la gente en masa. Por ese lado yo creo que no es algo perjudicial, pero por otro lado sí es verdad que al haber tanta saturación de música se podría llegar a perder un poco el interés. Aunque creo que con estas facilidades se crean inquietudes muy positivas y es mejor que un chaval de 14 años quiera montar un grupo en lugar de pegarse un tiro… que luego de mayor ya lo hará si ha montado el grupo… (Risas).

BoikotZR.: El disco, además de estar disponible en formato físico, se puede comprar en formato digital en varias plataformas. Para aquellos que lo adquieran en Spotify, hay una versión en exclusiva del tema Hey Jude de The Beatles. En vuestra web oficial habéis puesto un link del tema durante una actuación en Radio 3, pero la cuenta asociada al vídeo se ha cancelado “debido a varias notificaciones de terceros de infracciones de los derechos de copyright”. ¿Podéis explicarnos qué problemas habéis tenido? ¿Tiene que ver con el tema en sí, con Radio 3…?

K.: Con los Beatles

JK.: Sí, con los Beatles. John Lennon, que nos mandó una circular por correo ordinario… (Risas)… La verdad es que nos empezamos a encontrar en un punto sin retorno con las publicaciones que hay en Youtube y que muchos usuarios, como yo, que tenemos cuentas, hemos cogido canciones de peña y las hemos puesto, porque nos gustan. Pero es cierto que llevan un tiempo enviando notificaciones y cerrando cuentas, porque las editoriales, sobre todo las de grupos grandes o internacionales como es el caso de los Beatles, reclaman sus derechos. Nosotros hemos tenido problemas incluso con canciones nuestras. Llegaron a borrarnos Korsakov teniendo un millón de visitas, cuando es una canción que puede estar basada en alguna melodía, pero no tiene autoría, no hay un autor como en el caso de la versión de los Beatles. Y esto lo hacen simplemente para que entres en el canal de las propias editoriales donde tienen su publicidad y de este modo les aporte algún beneficio económico.

ZR.: De cara a los conciertos de presentación de Lágrimas de rabia, se ha organizado un concurso para que bandas locales con poca promoción, puedan compartir escenario con vosotros en cada provincia. ¿De dónde sale esta idea?

K.: La idea surge como apoyo para las bandas noveles que no tienen mucha promoción. Queríamos dar una oportunidad a bandas que merecen la pena, que tienen algo que decir y sobre todo que están empezando, como nos hubiera gustado que nos hubieran hecho a nosotros cuando empezamos. Aparte, no solo eso, sino que vamos a coger un tema de cada banda para hacer un disco recopilatorio con ellas. Sobre todo lo que más ha gustado de esta iniciativa ha sido eso, que se haga un concurso para dar opciones a bandas que tienen algo qué decir, sean del estilo que sean.

JK.: Queríamos además, rizar un poquito más el rizo y aprovechar ese recopilatorio para que esas bandas fueran votadas y apoyadas por un festival y el ganador de entre todos ellos pudiera llegar a tocar en el festival. Nosotros participamos en festivales y vemos que es un poco difícil que desde un festival se fijen en bandas noveles, quitando el Aupa Lumbreiras en el que sí hay un escenario precisamente para bandas nuevas.

BoikotEl premio del concurso es tocar con Boikot, con lo que “no hay necesidad” de pagar a las bandas ni de pararse a buscar bandas nuevas, porque son ellas mismas las que van a contactar con vosotros. Esta metodología a la hora de buscar grupos teloneros ¿No es un poco “tirar por el camino fácil”?

K.: Por eso como compensación queríamos hacer el disco recopilatorio con un tema de cada una de estas bandas, para que el premio digamos, no quede solo en el hecho de tocar el día del concierto, sino que también su canción aparezca en el recopilatorio para que la gente tenga la oportunidad de escucharles.

JK.: Y si esos grupos tienen el espíritu que hay que tener como grupo, ¿Por qué no hablan entre ellos para intercambiar conciertos? Son unas 10 bandas, de localidades diferentes, y esto les puede también ayudar a darse a conocer en otras localidades y no solo en la suya entre sus amigos. Con esto, esas bandas pueden hacer mogollón de cosas como las que hacíamos nosotros antes, pero claro, ahí entra ya en juego el espíritu y la inquietud de cada uno. Los grupos tienen que currárselo mucho, pero herramientas como ésta les pueden ayudar. Nadie sabe si de esas bandas igual dentro de unos años hay una que despunta, cosa que a nosotros nos encantaría, por supuesto.

K.: Hay gente que nos ha sorprendido mucho, porque aún siendo noveles, los hay que tienen un nivel muy alto. Y la pena es que estamos recibiendo discos de grupos con mucha calidad, pero de provincias en las que no vamos a tocar.

También va a compartir esta gira con vosotros el grupo Sonora, compuesto por varios miembros de Boikot. ¿Esto puede ser una consecuencia de la “crisis” por la que atraviesa la industria musical en general y por el bajón que han dado los conciertos en particular? ¿Es una manera de paliar los gastos de la gira?

K.: Logísticamente hablando, es perfecto, porque se comparten totalmente el backline, no hay que estar montando y desmontando, cambiando escenarios… A la hora de viajar no cambia prácticamente nada, al ser solo dos personas más. Tocar con Boikot es muy cómodo, tanto para Sonora como Boikot.

JK.: Tienes el mismo técnico de sonido, la gente que va a usar tus amplis es la misma gente con la que curras normalmente…

K.: Y también de cara a Sonora nos da una oportunidad muy buena a nosotros ahora, para presentar el nuevo disco que sale a la venta el próximo 6 de noviembre y para poder tocar delante de gente, que siempre es apetecible subirte a un escenario y ver que hay gente escuchándote.

JK.: También el hecho de que Juli, el DJ de Sonora, se quede pinchando después de los conciertos, es una manera de que esa noche, que es una noche de concierto de varios grupos, tenga un poco el carácter de fiesta.

K.: Es una noche en la que va a haber un mínimo de cinco horas de espectáculo de música, entre las bandas y el DJ y creo que es algo muy positivo a la hora de plantearse el gasto que supone la entrada de un concierto.

JK.: Que no pase como en las salas que acaba el concierto y los de seguridad, poco menos que te echan a patadas. Queríamos romper un poco con eso. Y de hecho ha habido alguna discoteca que a raíz de esto, han decidido suspender la siguiente sesión que tenían programada tras el concierto de Boikot.

BoikotZR.: Tenéis anunciadas fechas de presentación del disco, casi sin parar, hasta bien entrado el mes de diciembre ¿Qué expectativas tenéis para estos conciertos ahora que los conciertos en salas no parecen funcionar demasiado bien?

JK.: Yo a título personal, me suelo mover bastante por el estado y voy a bastantes conciertos y la imagen que tengo de estos dos últimos años es una imagen muy dura. He estado en conciertos de bandas que hace unos años han tocado en salas con un aforo para 2000 personas y han hecho dos días y estas mismas bandas están tocando ahora en salas para 200 personas. Hay que partir de ahí, que es una parte que ya conocemos. Venimos de un entorno en el que estábamos acostumbrados a ver bandas muy grandes en sitios muy grandes y ahora estamos viendo a bandas muy grandes, en sitios muy reducidos. Eso no es favorable para nadie y si eso me lo traslado a las expectativas de Boikot, te puedo decir que con lo único que contamos es con no perder dinero y lo único que queremos es darle carácter de presentación a un disco que ha tardado cuatro años en salir. Lo más fácil hubiera sido quedarnos en casa y esperar a ver qué ocurre el año que viene, pero creemos que hay que correr el riesgo y salir a presentarlo para todo aquel que se quiera acercar. Somos conscientes del riesgo que hay, pero como digo, hemos querido presentar el disco y se han elegido para esta gira aforos muy pequeños o medios aforos, porque está todo tan mal que se hace muy difícil el que vaya la gente a los conciertos.

ZR.: Boikot es uno de los “grupos fijos” en los carteles de los festivales de nuestro país. ¿De qué manera afecta este hecho a los resultados de los conciertos en salas, tras los festivales?

JK.: Pues todo. La verdad es que todo… Hay muchos festivales locales que se sabe que aglutinan a la mayoría de las bandas que el público en general quiere ver. Las entradas están baratas en comparación con los precios de las salas y la gente prefiere ir a los festivales.

Pero ¿Compensa en un momento dado, estar prácticamente todos los años en los mismos festivales y sacrificar las giras de sala?

JK.: Lo de “los mismos”, es que en realidad no hay otros. Hace unos años en una misma ciudad podía haber dos festivales, pero de tres o cuatro años para acá, esa situación ha cambiado y se hace un poco difícil. No tenemos dinero y el poquito que tenemos lo tenemos que ajustar, con lo que preferimos el “pack”. Si los conciertos los pusiéramos gratuitos, yo creo que la gente seguiría yendo a los conciertos y se seguirían llenando salas a pesar de los festivales. Pero también me gustaría que la gasolina fuera gratuita y el alojamiento…

BoikotEn cuanto a las actuaciones en un festival o en una sala, son totalmente distintas y como público se disfrutan más las salas. Yo animo a los chavales que ahora son más de festivales a que se animen a ir a salas, porque van a notar la diferencia. Imagino que con vosotros pasará lo mismo, que no tocaréis el mismo set list, ni tocaréis el mismo tiempo…

JK.: Totalmente de acuerdo. En algún concierto que hemos tenido en salas, a pesar de contar con una hora y media de actuación, nos hemos marcado las dos horas, porque el ambiente se ha prestado para ello. En una sala el ambiente es diferente, es mucho más cercano y se hace mucho más ameno. Yo, a título personal, disfruto mucho más de un concierto en un sitio pequeño que en un festival. Primero porque el festival, empezando por el sonido, es más frío. A pesar de que puedes estar tocando delante de miles de personas, encima del escenario no tienes esa sensación. Si es por la noche, es un flipe, pero las bandas que tienen que tocar por el día, te dicen “tío, yo prefiero un garito para tocar por la noche como se ha hecho toda la vida”. Pero también va un poco por ciclos. Hace unos años Banda Bassotti nos comentaba “aprovechad los festivales de vuestro país mientras os duren, porque en Italia se vivió algo similar hace cinco años y han desaparecido”. A nosotros nos parecía raro, pero no más de dos años después, está empezando a pasar aquí. Lo que no tiene que faltar es la inquietud y las ganas de ir a los conciertos, y en Italia, con la desaparición de los festivales, se ha retomado la cultura de sala.

Como meros espectadores, ¿Qué opinión os merece el hecho de que los festivales, año tras año, ofrezcan básicamente a las mismas bandas?

JK.: Por un lado tenemos a los que acuden en masa a estos festivales y que reclaman precisamente a esas bandas y luego estamos los inconformistas, que ya hemos ido a muchos festivales , nos hemos visto muchas veces las caras, nos conocemos los repertorios y echamos de menos que apoyen a la gente nueva. Yo creo que la balanza es muy difícil de equilibrar porque además de estar los inconformistas de los que hablaba antes, hay muchos chavales para los que es su primer festival y quieren ver a grupos que nunca antes han tenido oportunidad de ver en directo en su localidad, porque hasta los 18 años no pueden entrar a las discotecas ni a los locales de espectáculos y tienen ese día para poder disfrutar. Y luego también tenemos al promotor para el que arriesgar en un cartel, también es difícil.

¿No creéis que el hecho de que haya grupos que lleven 30 años en activo, podría ser un problema grave para que se dé un relevo musical? Si las bandas que van saliendo no tienen ningún apoyo, porque los promotores no arriesgan y solo apoyan a los “grandes”, las bandas que vienen como relevo, van a terminar desapareciendo…

JK.: No lo creo… lo que sí creo, es que dentro de las bandas emergentes la competitividad es tal, que a la hora de componer y a la hora de hacer canciones tienen que despuntar mucho más. Pero esas bandas que logren hacerse escuchar y que logren despuntar, tendrán su hueco para triunfar. Como comentaba antes, me gusta mucho la iniciativa del Aupa Lumbreiras, en el que tienes la oportunidad de ir al escenario de los grupos noveles o irte al escenario donde tocan las bandas conocidas. Yo soy bastante más positivo que tú y creo que al haber tanta competitividad hay que esforzarse mucho más por destacar. No es como antes que había 10 grupos sino que ahora hay 100, tenemos esa herramienta que se llama internet y que nos permite escuchar música y cuando un grupo te llega y te pones a escucharlo en casa, es porque es un grupo de la hostia. Por ejemplo, unos que para mí se lo han currado mucho y están llegando, son Los Chikos del Maíz. Sin llegar a ser una banda de metaleros, van chicos con pelo largo a verles; no es un grupo de punk y va a verles peña con crestas… Han destacado porque han aglutinado estilos de música diferentes y se han llevado una parcela de cada estilo de música a su terreno y yo creo que ahí es donde ha tenido la valía el grupo. Hay grupos que ya los ves venir y si la constancia y su pasión por la música se lo permite, con esa insistencia y esa cabezonería innata que hay que tener ahora mismo para tener un grupo, creo que pueden tirar para adelante. Pero lo que está claro es que hoy en día, destacar como grupo con todos los que hay, es una tarea muy difícil. Es más, no se hace ni con dinero… Por mucho aval que tenga un grupo, si el grupo en sí no vale, no va a funcionar. Eso ya no es válido y menos aún en la música que nos gusta a nosotros. Para que un grupo triunfe tiene que ser por sus propios medios. ¿El problema? Que ahora hay el doble de grupos de los que había antes y para destacar tienes que ser el doble de bueno de lo que tenías que ser antes…

BoikotZR.: Aunque los músicos siempre decís que cada canción y cada disco es como un hijo y se les quiere a todos por igual, tengo que poneros en el compromiso de elegir de entre todos los discos, uno y de entre todas las canciones, otra…

JK.: …Puff… Un disco de Boikot, yo creo que podría ser, un poco por la época, De espaldas al mundo e incluso como canción, también. Y con la que no me quisiera quedar, tal vez, con la que cierra el disco de Amaneció. De ese tema lo que no me gustó fue el tratamiento final como canción que creo que desde que se grabó no la he vuelto a escuchar nunca más. Hay una cosa que nos marca y es que si no te gusta como ha quedado algo, no vuelves a escucharlo en la vida. Es más, si la ponen en un bar, yo me salgo, aunque suene feo decirlo.

ZR.: Ya para terminar, la pregunta de la casa… ¿Hay algo que os gustaría contar en una entrevista pero no os han llegado a preguntar nunca?

JK.: Pues por ejemplo, mola que te pregunten si detrás de la música hay futuro. Yo recuerdo lo primero que nos dijo Mariano García, cuando sacamos nuestro primer disco con Barrabás. Organizó un concierto en la Sala Canciller, y me acuerdo que tocábamos con el grupo Tokio –que además hacíamos coñas entonces con el nombre, porque es muy parecido a Boikot al revés, un rollo así, muy gracioso y tonteábamos con eso de aquellas… (Risas)-, el Canciller estaba petao y estábamos tan sumamente flipaos, que nos dijo “chavales, que no se os vaya la pinza en la vida y dejéis de currar”. La música no da para vivir a nadie de este país y creo que hay que desmitificar todo aquello que cuando eres adolescente y empiezas con un grupo, crees que hay detrás de la música. Por eso lo que comentábamos antes con la canción Sexo, drogas y rocanrol. Creo que aunque seas músico y lo que hagas sean canciones, tienes que enfocarlo más como un trabajo de artesanía, igual que el que hace pulseras de cuero y sale todos los fines de semana a venderlas en cualquier pueblo. Es un trabajo más de artesanía que de glamour. Hace 8 o 10 años, en los foros solamente aparecía mierda y la gente no paraba de decir que los grupos se estaban forrando y demás y claro, nosotros flipábamos, porque no sabíamos qué era lo que veía la gente. Hoy eso ya no pasa, porque ahora la gente sí es consciente de lo que cuesta montar y grupo y lo que cuesta mantenerlo. Nosotros nunca hemos descubierto qué hay detrás de las bandas de rock que pueden vivir o malvivir de esto. Si uno es consecuente con sus gastos y sus ingresos, y se toma este oficio como el de un artesano y puedes funcionar un poco de esto, yo creo que puedes contar que has cumplido ese sueño que tenías desde pequeño, pero por Dios, que le quiten todo ese glamour y esa mentira que hay detrás y que a uno no le llenen la cabeza de tonterías, porque ves muchos chavales que tienen la cabeza llena de pajaritos.

Muchas gracias por atendernos y suerte con este nuevo disco y su gira de presentación.

Lo que nuestros lectores opinan