Recién llegado de la pesadilla estadounidense, Fernando Madina, a las 16.00 del día de hoy, comparece ante los medios para explicar los pormenores del incidente que ha tenido en vilo a medio país.
Aunque el orden de la comparecencia no es el que sigue, parece lógico comenzar por la cronología de los hechos, tal y como relató el protagonista de los mismos.
- Viernes. El grupo aterriza en Miami con destino Quito. La escala iba a ser tan solo de tres horas y media, por lo que deciden ir a tomar unas hamburguesas y unas cervezas para hacer tiempo. Cuentan que la última la tomaron junto a la puerta de embarque para no perder el vuelo.
Al ir a acceder al avión, se le niega la entrada a Fernando alegando que "huele a alcohol" y que debe esperar al vuelo siguiente. Carlos se ofrece a quedarse con él hasta que pueda tomar el vuelo al día siguiente, pero Madina no lo considera necesario y se sienta en una butaca a esperar.
Tras unos minutos pensando en la importancia del concierto, al que además va a asistir el presidente, y preocupado por el posible overbooking que le impida coger el siguiente vuelo, decide levantarse y apelar a la humanidad del tipo que le ha impedido subir al avión, indicando todo el tiempo que no es un viaje de placer sino de trabajo. Este señor insiste en que no le importa, lo que provoca que Fernando, que se define como una persona muy expresiva y que acostumbra a hablar muy alto, le diga que es una persona muy ruin y tira el equipaje de mano al suelo. En este momento dos policías aeroportuarios se abalanzan sobre él y le esposan, llevándolo retenido a un cuarto.
Ya allí, le retiran las esposas y trata de hacer una llamada, pero se da cuenta de que no tiene batería. Los policías le vuelven a colocar las esposas, lo aíslan en un cuarto en el que no puede precisar cuánto tiempo estuvo y de allí es llevado en furgón al centro penitenciario.
Insiste en que no se le proporcionó ningún traductor y por ello, un compañero del centro trata de tranquilizarle diciéndole que la mañana siguiente serían llevados ante un juez a modo de juicio rápido y que probablemente le soltarán.
- Sábado. Por la mañana, son llevados por parejas a una sala donde hay unas ochenta personas donde, por primera vez, se le proporciona un traductor. Se trata de un juicio por videoconferencia. En algunos momentos, pide a un chico dominicano algunas traducciones además para ver qué está ocurriendo.
Tras mucho rato allí, una chica de seguridad da orden de que saquen a golpes de la sala a todos los detenidos que no hayan sido atendidos pues ha acabado el turno de juicios rápidos. Es en ese momento cuando Fernando se da cuenta de que ya no va a salir de allí hasta el lunes. Es llevado de nuevo al centro penitenciario y se le pone el habitual traje naranja que se ven en las películas americanas. Se le pide el teléfono de su familia, pero la decepción se le echa encima cuando los demás presos le dicen que no se haga ilusiones porque al tratarse de una llamada internacional, no van a ponerse en contacto con su familia. Fernando se da cuenta de que su familia no sabe nada, ni va a saber nada y cada vez se ve más abatido, siempre tratando de no venirse abajo.
A continuación, les hacen visualizar un video de unos treinta minutos de duración sobre qué hacer si les violan en la cárcel.
Nos relata que la comida es incomible, las instalaciones horrorosas, hace frío y no les han proporcionado ni siquiera una manta. No puede dormir más de dos horas porque les hacen pasar revista contínua y cambiar de celda constantemente.
- Lunes. Vuelven ante el juez. En esta ocasión, y nuevamente por videoconferencia, se encuentra con un juez de raza blanca de unos 65 años que le dice que el caso queda anulado. Según palabras del propio Madina, el juez le dijo "el caso queda anulado y le felicito por tener 47 años y una banda de rock".
Vuelve unas horas a prisión donde juega un rato al baloncesto con algunos reclusos y comparte celda con otro preso con problemas mentales.
A la hora de liberarle le devuelven todas sus pertenencias excepto un piercing y la cartera con toda la documentación y las tarjetas de crédito. Sólo le devuelven el pasaporte.
A su salida de prisión le están esperando Carlos y el vicecónsul. La pesadilla ha terminado por fin, por lo que van a recuperar las pertenencias de Fernando al aeropuerto y a descansar a un hotel. Fernando sigue sin poder dormir del nerviosismo pese a que todo ha acabado.
El vocalista de Reincidentes no deja en ningún momento de reiterar su agradecimiento a todos los que se han preocupado por él y sobre todo a la banda y a su familia, que en ningún momento han dejado de mover cielo y tierra para localizarlo.
Cabe destacar que Fernando salió del centro penitenciario como entró, no se ha pagado fianza para excarcelarlo y no se ha proporcionado en ningún momento documento alguno ni de encarcelación ni de excarcelación. Él mismo cree que el motivo de que no exista ninguna documentación al respecto es que, al anular el juez el caso, no quedan rastros de su paso por prisión y no se puede demandar. Actualmente el caso está en casos de un bufete de abogados de Sevilla que va a demandar a las autoridades aeroportuarias de los Estados Unidos y, tras algunas sugerencias, es posible que la demanda se amplíe a American Airlines.
El punto de vista de sus compañeros de Reincidentes no es mucho más bonito. El resumen de los hecho empieza en el mismo momento en que parte del grupo puede acceder al avión, quedando Fernando en tierra.
Llegados a Quito tratan de ponerse en contacto de forma continua con Fernando pero el teléfono aparece apagado en todo momento, desconocen si por la batería o por estar incomunicado. Mientras, van preparando el concierto que nunca llegaría, pendientes de los vuelos que deben de llegar de Miami.
Todos los mecanismos de búsqueda están activados desde Madrid y Miami pero las noticias no llegan. La incertidumbre es una tortura y ni siquiera pueden dormir. Fernando no responde a la megafonía del aeropuerto ni nadie tiene noticias de él.
Desde Sevilla, su familia pone una denuncia por desaparición y se da aviso al consulado, que dice que no pueden empezar con la búsqueda hasta el lunes.
En todo momento desde Miami se insiste en que Fernando no está detenido y el grupo se pone en contacto con la base de datos de los hospitales de Miami, comprobando que no está en ninguno. Todos empiezan a rezar porque las autoridades hayan mentido y que esté detenido. Las conjeturas son cada vez más dramáticas, incluso llegándose a plantear si Fernando sigue vivo o dónde puede estar, y deciden dar por suspendido el concierto, con el apoyo de los fans que esperaban bajo la lluvia ver a Reincidentes y con el mismo de la organización.
Poco antes de regresar de Quito a Miami, por fin conocen que Fernando está detenido y que se pide una fianza de 500$ por su liberación. Fernando aclara que hay mucha mafia dentro de las prisiones de Estados Unidos y que, pagando una suma importante de dinero a los fianceros, la liberación podría haberse acelerado muchísimo. Llegados a Miami, Carlos va en busca del dinero necesario para la fianza y se presenta en prisión en compañía del vicecónsul. Al llegar allí se les informa de que se podrán ir sin pago alguno. Previsto coger el vuelo de las 18h, cuando Fernando abandona la prisión son las 20h.
La información y documentación sobre el encarcelamiento de Fernando no existe y sólo conocen que la ficha policial está dando vueltas por internet.
Como anécdota, en la escala del vuelo de hoy en Berlín, han vuelto a parar a Fernando en el aeropuerto ya que no les consta que se haya paralizado la orden de búsqueda emitida por la Interpol. Agradecen igualmente la buena actuación de la policía alemana. A su llegada a Madrid, ha sucedido la misma cosa.
Finaliza la rueda de prensa con el agradecimiento de todos por la preocupación y con las prisas y el deseo de volver a Sevilla con sus familias.
- Nuria López