Música y Política Por

Mars

M.A.R.S. es el vocalista de Habeas Corpus, desde que se formara la banda allá en el año 1993. Es también vocalista de Vindicatio, grupo que montó junto con Mr. Chifly (Habeas Corpus) en el año 2009.
Cuenta con numerosas colaboraciones en grabaciones de otros grupos, como por ejemplo Cripta, Mariachi Guerrilla, Harlax, Boikot, Censurados o EU Libre.
(foto La Continua Odisea).

 

La influencia de la política sobre nuestras vidas y sobre todos los ámbitos en los que se desarrollan las mismas es absoluta y determinante. Y lo es hasta el punto de poder afirmar que ningún espacio ni parcela, desde la más privada a la más pública, escapa de su fulminante impronta. Los valores que asumimos y nos sirven como recursos a lo largo de nuestra existencia son consecuencia de esa influencia de la política sobre nosotros mismos y más aún, sobre quien y cuanto nos rodea.

La música como cualquier otro fenómeno de trascendencia e influencia social tampoco escapa a ese influjo. Puesto que es también esa misma política la que condiciona cuando no determina la orientación de cada artista en un sentido u otro. Obviamente no será la misma definición la que pueda prevalecer en un grupo aparentemente real como pudieron ser los Crass hace décadas, a la que pueda abanderar aunque sucintamente un producto musical como pueda ser hoy en día Beyonce. Sin ánimo de restar méritos creativos a ninguno de los dos, lo cual no viene al caso en este momento, si puede decirse que pese a las enormes diferencias entre los unos y la otra ambos están igualmente imbuidos de un rotundo carácter político, aunque diametralmente opuesto.

En el caso de los grupos punk o hardcore (por poner un ejemplo paradigmático aunque sin ser el único posible) esa adscripción resulta del todo evidente, puesto que en la mayoría de sus letras y muchas veces hasta en la propia estética empelada por estos, dan muestra de forma más o menos clara y profunda del posicionamiento político que les inspira, influenciados por ideologías fácilmente reconocibles aunque siempre sujetas a toda clase de matices. Lo que resulta evidente para este tipo de grupos sirve igualmente para el resto de artistas fácilmente localizables en el marco de otras propuestas creativas y musicales bien distintas, donde quizá la definición política pese a existir casi nunca resulte tan clara y traslúcida debido a esa imagen neutral cuando no indolente de la que se rodean.

Tradicionalmente se ha querido establecer como verdad única el que la política fuese patrimonio o influyese sólo sobre una limitada serie de opciones musicales más o menos minoritarias y más o menos situadas en la tangente del mercado musical. Lo cual es absolutamente falso puesto que todas las ofertas musicales padecen el barniz político bien sea de una forma clara, voluntaria y decidida, bien sea de una forma circunspecta e inconsciente aunque sólo en apariencia. Después de esto cualquiera podría decir que un grupo como Minor Threat tenía una clara orientación política pero no todos se atreverían a descubrirla en una banda desenfada como Motley Crüe. En el caso de los primeros su propósito seguramente pasase por despertar conciencias, en el caso de estos últimos quizá más tuviese que ver con “alterarlas químicamente”. En ambos casos y pese a las diferencias más que notables existe un mensaje político obvio aunque contradictorios entre sí.

De ahí que mientras unos a través de ese magnífico instrumento de comunicación que es la música se dedican a lanzar mensajes a favor de posicionamientos políticos y sociales ciertamente revolucionarios (por emplear un término absolutamente convencional) otros utilizando ese mismo vehículo prefieran optar por lanzar otro tipo de mensajes absolutamente alentadores y destinados a defender el actual status y el caduco sistema de valores que lo hace posible. Luego en ambos casos existe un profundo posicionamiento político. Dicho a grandes rasgos, unos porque pese a su aparente neutralidad se convierten en parte interesada en su refuerzo y conservación, y otros porque su máxima aspiración pasa por el aniquilamiento de lo existente.

Cada manera de abordar e interpretar la música es el resultado de cómo la política influye en quienes la crean, no sólo por las letras sino por la propia actitud que la genera, el marco por el cual discurre, las actitudes que defiende y las pretensiones y los objetivos que persigue y que la hacen viable o no según el caso. De ahí que haya tantas formas de hacer música como de interpretar el mundo que nos rodea. Interpretaciones todas ellas igual de políticas.

Música y Política Por

Rubén González

Corría el 1989 cuando Rubén empezaba a dar sus primeros pasos con el bajo, en Barcelona. Un año más tarde aparecería su primera banda, Mala Vida, banda que años más tarde cambiaría su nombre por el de Malos Tragos. En el año ’98, un traspiés les hace aparcar este proyecto, lo que daría nacimiento a una nueva andadura llamada Stand By, en activo hasta que hace apenas un año, Malos Tragos reaparece en la escena musical con su tercer disco En esta locura, con el que actualmente se encuentran inmersos en una gira que les está llevando por toda la península, mientras preparan el que será su cuarto disco oficial, de cara al 2013.

La relación entre música y política, es tan vieja como lo es nuestra historia. Desde que los juglares cantaran los desmanes y abusos a los que los señores feudales sometían al pueblo llano, los bufones ridiculizaran al rey de turno, o genios compositores como Mozart, se mofaran de la todopoderosa iglesia católica, música y política han caminado juntas, aunque no precisamente de la mano.

Es interminable la lista de músicos que se han posicionado contra el poder establecido. Pau Casals, ganó el Novel de la paz por el mensaje antibelicista que defendió hasta el día de su muerte. Se negó a tocar en la Unión Soviética mientras la dictadura comunista siguiese asfixiando al pueblo ruso, reaccionó de la misma manera ante la Alemania de Hitler. Casals vivió y murió en el exilio, pero sin dar un minuto de tregua a la dictadura de Franco. Cuando Pinochet dio el golpe de estado, Víctor Jara fue detenido, torturado, y asesinado. Atahualpa Yupanqui o Mercedes Sosa fueron perseguidos y encarcelados.

Endémicamente, dictaduras y gobiernos ultraconservadores, en su intento de fagocitar cada gramo de rebeldía de la sociedad, han sobrepasado todas las líneas rojas. Han recortado derechos civiles, y se han servido del miedo para manipular y distorsionar la realidad. Por suerte, siempre han existido movimientos culturales que han realizado la función de altavoz o atalaya desde la que manifestarse. ¿Que habría sido de la casi victoriana Inglaterra de Margaret Thatcher sin los Sex Pistols, The Clash o The Damned?, ¿Y de la España de alianza popular sin la eclosión punk en los ochenta?, ¿Como habría sido crecer sin Eskorbuto, La Polla Records, MCD, Barricada o Zicatriz?.

Que hoy en día los grupos con un marcado carácter reivindicativo llegan tan solo a una minoría es una realidad aplastante. Justo hoy que la información fluye a gran velocidad, y disponemos de más medios que nunca, llama la atención la falta de interés generalizada por encontrar algo diferente a lo que te ofrecen en los circuitos comerciales. O por lo menos eso parece al ver la respuesta de la misma sociedad, que sufre en sus carnes una política de Fist – Fucking sistemático y colectivo por parte de sus gobernantes, y permanece impávida ante su propia violación. Que esta sociedad idiota, ridícula y desproporcionada en sus excesos, prefiera seguir pastando en los prados de la ignorancia y el desconocimiento es descorazonador. Te fijas en la inmensa mayoría de ovejitas y solo puedes pensar; - A estos les da igual irse a la mierda, pero eso si, que sea bailando un reggaetón. Es triste ver como todo dios prefiere escuchar trivialidades y baladas ñoñas, en lugar de tomar conciencia, armarse de valor, y enfrentarse a sus miedos.

Tal vez yo sea un caso especial, pero la música con la que crecí forma parte no solo de mis recuerdos, sino de mi manera de entender la vida. Recuerdo letras de las canciones que escuchaba, hablaban en contra de la opresión, del racismo, de las desigualdades sociales, de la especulación, del maltrato, de la política….. Esas canciones influyeron en mi personalidad de forma evidente, y supongo que en la de muchos otros, dejando una marca y una manera de enfrentar la vida en esta sociedad, en la que al final, todo es política.

Para todos aquellos que estén rematadamente locos, y quieran montarse un grupo con sus colegas, pero aún no saben de que hablar en sus canciones, una frase de Evaristo de la Polla. Espero que les inspire como hizo en su día conmigo. “ Nosotros somos de un pueblo pequeño, y decidimos montar un conjunto porque nos aburríamos los fines de semana. Y ya que había que hablar de algo, pensamos que mejor cantar sobre las cosas que nos parecían interesantes, que para cantar gilipolleces ya había muchos”. Desde luego la historia de la humanidad no será mejor gracias a los músicos que se rebelan contra el sistema, pero puede que si ayuden a despertar a una sociedad cada vez mas dormida, y curiosamente jodida

Música y Política Por

Neno

Neno es bajista y cantante del madrileño grupo Con Mora, desde hace ya siete años. En estos momentos están metidos de lleno en lo que será su segundo disco, que nos darán a conocer muy pronto. Como él mismo nos cuenta, lleva prácticamente toda la vida en esto de la música, tocando aquí y allá, con unos y con otros.

Abrí la puerta, la música sonaba, la gente disfrutaba y entonces, lo entendí, "Estaba en todas partes", me dije, "Nadie puede escapar".

Unos días antes los de Zona Ruido se pusieron en contacto conmigo

- Creemos que la Música y la Política se han unido, ¿haces un artículo? -

- Claro - dije yo, pensando que al despertar al día siguiente me sentaría en frente del ordenador y en cuestión de minutos escribiría unos párrafos y asunto concluido.

Como siempre, me equivocaba. Empecé por la política, ya que de música, un servidor, algo sabe y llegué a la conclusión de que, es esquiva, se esconde, o mejor dicho, se camufla.

Todo está lleno de política, pero, nadie quiere que se note, porque la mayoría prefiere evitar el tema para no tener que dar explicaciones de por qué dice o hace tal cosa.

Un momento, pero, la música es música, no puede haber política dentro de algo tan puro, tan bello.

Investigué a Mozart con su clásica, a B.B. King en su Blues, The Beatles, putos mitos, leyendas y todos terminaban situados en su bando, nadie se escapa, da igual si está impreso en sus textos o no, es algo que se nota, se palpa, joder, está en el cine, en los bares, periódicos, en la manera de hablar y hasta en la forma de vestir de la gente.

Puta política.

No puede ser, de verdad sin darnos cuenta escuchamos política en las canciones???? Sí y en los chistes y en los anuncios de televisión y en los programas de Radio, etc.

Si nos gusta un estilo musical, siempre tendemos a criticar otro estilo, que, por diferentes cosas, es opuesto al nuestro y...ME CAGO EN LA PUTA. ..A veces perdemos el tiempo criticando una música que no nos gusta y dejamos de escuchar la que nos gusta??? Vaya pérdida de tiempo, pero, no es eso lo que hacen los políticos?? Separar las cosas, ponerlas a cada una un sitio, que no se junten, divide y vencerás, dijo aquel! y eso se hace en las canciones porque, dentro de las canciones, sean de amor o de odio, de rabia o de paz, todas desprenden ese tufillo a política, a decantarse por un bando o por otro, sin que el oyente se dé cuenta a no ser que se haga adrede y entonces está claro.

Decidí acudir a un garito de una de las zonas más pudientes de Madrid, entré, miré, escuché y salí de allí, para entrar en otro de una zona más humilde y ahí terminó mi búsqueda y, en mi cabeza, empecé a visualizar el articulo...

Solo me quedaba el título... ¿Que tal.... Somos política?

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