- 02-10-2013
1-A la maldad no hay quien la pare 2-AutovitografÃa 3-PolÃtico, católico y putero 4-Mirando al cielo (diseñando desiertos) 5-DÃas de perro 6-Donde el viento se acuesta 7-Lo mÃo tiene lo suyo 8-La flor de los besos 9-Si soy molino (grano limpio) 10-Los trajes de mi voz 11-Cuando no te pones falda 12-Pa cuando me juzguéis
- Sinkope
- «Cuando no te pones falda»
- Julio de 2013
- (Warner)
Una vez zanjado el tira y afloja entre Sínkope y su antigua discográfica, el grupo extremeño ha decidido seguir haciendo camino en esto de la música. Seis años han pasado desde su último disco de estudio, demasiado sin poder disfrutar del rocanrol en letras mayúsculas. Lo nuevo recibe el nombre de Cuando no te pones falda, grabado en los estudios Guantánamo de Mérida por Juan Flores y Alberto David, mezclado por Luismi García en los estudios Sonak de la misma localidad y masterizado por Pepe del Pozo en los estudios Noise Criteria de Madrid. Sin duda, el quinteto no ha perdido toque, porque cada tema de los doce que componen el álbum es un diamante engarzado a la perfección.
Como es habitual en los trabajos de Sínkope, se vuelve a cumplir la premisa de sexo, drogas y rocanrol, porque todo está presente en el plástico, de forma más o menos explícita. A su vez, y también siguiendo las pautas del grupo, la idiosincrasia humana se deja caer como si la cosa sí fuera con ella. En esta ocasión, esta segunda idea se diluye entre la crítica social y política, un reflejo muy significativo del paupérrimo periplo por el que transita el país.
Comienza con A la maldad no hay quien la mate, uno de los ejemplos de cómo Vito se adentra en la conducta humana y lo que a ésta rodea, tema que con una melodía in crescendo pone en duda la bondad del hombre, en claro camino paralelo a la destrucción. Como sucede con la amplia mayoría de cortes, cabe prestar atención las interacciones del guitarra solista a mitad de pista. En esta misma línea se encuentra Días de perro, rock and roll potente en guitarras para expresar la insatisfacción del fracaso y el intento por superar el mismo. La terna se cierra con La flor de los besos, que redunda en la superación, aunque desde la vertiente de la apatía y con unos mimbres de balada.
Dentro del bloque amor y sexo tenemos Donde el viento se acuesta, que cumple con la premisa a pies juntillas, ya que lo físico y lo sentimental forman un sólo cuerpo. Sínkope transmite a la perfección el sentir del sexo a flor de piel, el deseo y la belleza con olor a entrepierna. A esto le acompañan las guitarras brillantes de Alberto David y Juan Flores ‘Chino’, que en un alarde de genialidad hacen recordar a los míticos Platero y tú. En línea progresiva hacia lo romántico encontramos Pa cuando me juzguéis, un medio tiempo que cierra el compacto. Éste ahonda en las relaciones y su base fundamentada en el ensayo/error. Ahora bien, el grupo puntualiza: “Pan recién hecho hace malas migas”. Justo antes, suena Cuando no te pones falda, título homónimo del trabajo. Consta como el súmmum de cantar al amor, cuando la poesía emerge y la figura del viento echa en falta el roce de la mujer. Uno de los temas más brillantes del LP.
En cuanto a la crítica, la bandera la lleva Político, católico y putero, single que ya se pudo escuchar antes de que Cuando no te pones falda estuviera disponible en tiendas. Desgrana a la perfección la situación del poder y el sentir del pueblo. Pocos versos antisistema tienen tanto contenido veraz como los que alberga el tema en cuestión: “Soy político sin serlo, como la gran mayoría” o “yo no sudo ni un día, por mí suda tu pellejo” son un ejemplo. La melodía, simplemente estupenda: la constancia de la batería, las guitarras...y todo el paralelo a la voz de Vito ganando en vigor paulatinamente. La segunda canción crítica es Mirando al cielo (diseñando desiertos), con un ritmo tranquilo y poniendo en solfa los avatares que sufre la naturaleza por culpa de la avaricia y el mal hacer del ser humano.
Por último, Sínkope ofrece un surtido de canciones en los que el Vito más personal se desnuda: Autovitografía, Lo mío tiene lo suyo, Si soy molino (grano limpio) y Los trajes de mi voz. En ellas se ponen en juego ideas como la elección del alrededor, la complejidad del ser o la comunión de voces en una, donde Vito añade un matiz roto a su ya de por sí rasgada voz. Mención especial para Autovitografía, un repaso tan íntimo como revelador de la infancia, adolescencia y adultez del cantante.
Sínkope vuelve a firmar un trabajo soberbio, digno de las grandes bandas de este país. Cuando no te pones falda se suma así a la lista de magnas obras que desde hace ya hace más de una década el grupo viene pergeñando, muestra indudable de que los extremeños no sólo están en plena forma, sino que aúnan de manera magnífica la poesía y el rocanrol. Todavía tienen mucho y bueno por ofrecer.