CRÍTICA ALBUM: Puerta 104 - Mi único enemigo

Puerta 104 - Mi único enemigo

1-Como un animal 2-Mi único enemigo 3-Contigo 4-Dejad que lo diga yo 5-Morena 6-Dispara 7-Las musas 8-Los charcos de la calle (mi sudor) 9-Miserias de cemento 10-Me falta valor (para morir) 11-Cuando venga la muerte

  • Puerta 104
  • «Mi único enemigo»
  • (Autoeditado)

Cuando salió el primer disco de los Puerta 104 la crisis económica en España sólo era un bulo que negaba el Gobierno. Ahora se puede respirar en cada rincón del país. Ha llovido mucho desde entonces. Pues bien, en ese tiempo, los catalanes han tenido tiempo (¿?) de encerrarse en su cueva y dar forma a su nuevo trabajo, Mi único enemigo. Éste ha sido grabado, mezclado y masterizado por Manuel Torroglosa en La Sala de Máquinas de Lorca (Murcia) y producido por los propios Puerta 104. Como resultado, uno de los mejores trabajos de rock and roll del año.

Los dos primeros cortes, Como un animal y Mi único enemigo, dejan entrever que el grupo ha llevado su proyecto un poco más allá del rock and roll al uso para dejarse seducir por las tendencias de rock urbano que tan buenos resultados han dado en la península. Si bien no han perdido el carácter macarra, si se atisba una preferencia por el uso de la poesía. Estos dos cortes bastan para aseverar que el disco es música de verdad; es decir, que la calidad se percibe en cada nota así como en cada palabra que sale de su cantante, Bakero.

Otro de los temas que eleva el nivel del LP es Miserias de cemento, compuesta al alimón con el líder de Pan de higo, Marc Puente. Un tema sentido con alto carácter nostálgico que deja claro las sobradas aptitudes que tiene el frontman del grupo catalán para esto del cante. No como colaborador, pero sí como letrista se estrena Daniel Kuhlov, guitarrista de la banda. Junto a Bakero escribe Dispara, un tema en el que predominan las guitarras duras y el marcado sonido de los solos.

Como no podía ser de otra forma, todos tenemos influencias, y las de Puerta 104 se ven en el inicio de Los charcos de la calle (mi sudor), muy del rollo Platero y tú. También en el de Me falta valor (para morir), donde los Marea vienen a la cabeza rápidamente. El primero de ellos responde a la mirada crítica que los tiempos actuales reclaman, tanto hacia el ciudadano por agachar la cabeza y perder la dignidad como al poder por obviar al supuesto rebaño con su “dedo negro”. El segundo, uno de los cortes más largos del disco, destaca por su melódico estribillo, que acompaña a la resistencia vital en la calle.

En el disco también hay lugar para las canciones de corte sentimental, amoroso, de pareja... La más destacable es Dejad que lo diga yo, un conato de ruptura vista desde la tercera persona. El tema se vuelve ágil y hasta bailable. Por otro lado, Contigo, que apelando a la atracción física goza de los coros del resto del grupo y una excelente muestra de lo que son capaces de hacer los 104 a las cuerdas. Cierra el trío Morena, que todo y empezar y acabar en acústico, guarda en su interior un rocanrol que a medida que pasa se hace más consistente.

Aunque para consistencia, Las musas, que si bien no se convierte en el corte favorito del oyente medio, seguro que deja un gran sabor de boca. Mencionar por último Cuando venga la muerte, que cierra el disco de manera amarga. Y no precisamente por su valor, sino por su tono triste y melancólico.

Los Puerta 104 se han marcado un soberbio trabajo, dejando atrás lo que fue su primer LP, Piedras. En definitiva, una muestra de cómo hacer las cosas con gusto y carisma. Recomendar Mi único enemigo sería añadir un disco más a la eterna pila de trabajos que merecen una oportunidad, por lo que remataré estas líneas instando a que el nuevo trabajo de los Puerta 104 cope la citada pila.

  • Alberto Pozo

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