Un domingo después de un fin de semana largo, muy largo; uno que empieza con Los gandules, El rey de espaldas y Suplente Matías y luego pasa por Obrint pas y La gossa sorda no parece el más adecuado para cerrarlo el domingo con un mini-festival. Pero por otro lado ¿Qué mejor forma de acabar la semana que con una cerveza en la mano y oyendo buena música? Con más motivo si, a parte de los locales Drink hunters, el resto de grupos no suelen dejarse caer por Barcelona.
Así pues, nos plantamos en la sala Estraperlo a las nueve y cuarto. La hora de inicio estaba marcada a las nueve y media, o al menos eso decía la web de los Bastards on parade.
Una vez en la puerta nos llevamos la gran decepción de la noche. Desde la sala se oía una música familiar... ¡Eran los bastards en directo! Tras preguntar en la puerta, nos aclararon que la hora de inicio fijada por la organización eran las ocho de la tarde y no la anunciada por el grupo en su myspace.
En el tiempo de acreditarse y entrar se acabó el concierto, dejándonos con un palmo de narices. Justamente, los gallegos eran el grupo que más ganas teníamos de ver. Especialmente después del gran sabor de boca que dejaron en el Islarock, donde fueron la revelación. Como consuelo nos queda que este año repiten actuación en el festival leonés 
e incorporan a su gira Resurrection Fest y Aupa Lumbreiras. En al menos dos de estos festivales nos resarciremos de perdernos su punk con toques celtas y les podremos hacer la crónica que se merecen.
Una nueva visita a la puerta para consultar los horarios y una nueva decepción, el primer grupo en tocar había sido Drink Hunters, el otro representante del Folk-punk en el festival. Por suerte, esta pérdida tendrá fácil solución. La semana que viene, el viernes once de Junio, podremos verles en la decimoséptima edición del Simbiruta, festival jove de la Guineuta acompañados de Puro vizio, Buritaca y Jhon Hat & the terminers entre otros. A partir de las 22 horas en el casa de jóvenes de la Guineuta.
Después de estos dos reveses entramos de nuevo a la sala donde La plebe estaban a punto de empezar. Una pequeña intro de trompeta y... ¡Los ojos como platos! Caña, caña y más caña desde la primera canción. La plebe son una banda de ska-punk o como ellos se definen punk bilingüe con vientos y vomitos . Son de San Francisco y cuentan con 10 años de vida, pero visitaban por primera vez España para presentar su disco De brazo en brazo. Además de la intensidad y la fuerza con las que tocaban llamó la atención la formación en el escenario. Trompeta y trombón delante y en el centro del escenario, el bajista a un lado y el guitarrista al otro. Además, claro está, de un baterista detrás de ellos. Los encargados de cantar eran el bajista y el guitarrista. Acostumbrado a ver grupos dónde los vientos están más escondidos fue un placer verles tomar tanto 
protagonismo. Después de dos canciones, La tierra para el que la trabaja del último disco y Mi tierra, no pudimos más y nos fuimos para las primeras filas. La banda se mostró en todo momento muy comunicativa agradeciendo al público presente los aplausos y haciendo pequeñas explicaciones de los temas, todo ello en español. Prosiguieron con más rabia y reivindicación con Jaulas, pieza que dio paso a la única versión de la noche Bella ciao, como marcan los cánones cantada en italiano. Cuando un grupo se muestra tan enérgico como los californianos uno puede llegar a pensar que eso perjudica a su sonido, pero nada más lejos de la realidad. La plebe suena muy bien, muy compacto; se nota su década en la música. Todos los músicos se conjuntan perfectamente, sabiendo en qué momento les tocaba liderar la actuación o en qué momento habín de pasar a segundo plano. Además el hecho de tener dos vocalistas les da una mayor riqueza interpretativa. Por buscar un punto débil, se podría decir que las voces sonaban demasiado bajas, les costaba resaltar entre los instrumentos. Después de la versión y de animar al público a bailar al grito de “¡Pinches! Él que no bailo aún que se ponga ya a bailar” prosiguieron repasando temas de sus cinco discos, prestando especial atención al último. Sonaron entre otras Siempre unidos, Pinches fronteras ,Guerras sucias y Dirty old Town dedicada a los Bastards on Parade que estaban apoyando desde primera fila del concierto. Tras Plebe por vida el grupo se retiro del escenario entre aplausos. Pero fue por poco tiempo; las peticiones de un bis les hicieron volver para tocar La posta, tema dedicado a su bar favorito en San Francisco. Con él cerraron un concierto extraordinario que duró cincuenta minutos. Esperamos verles pronto otra vez por aquí.
Tras una breve pausa, Freygolo subió al escenario. El grupo francés está de gira por España para presentar su cuarto disco We all have a voice. Presentan una formación similar a La plebe, con vientos incluidos, pero además le añaden otra guitarra, lo que les da un sonido más amplio. Las voces se las reparten Remi (trombón) y François (guitarrista). Abrieron el concierto con Good for nothing y Loaded dice, con esas dos canciones ya estábamos de vuelta para la primera línea, otra gran muestra de caña y ganas. Siguieron con My daily grind, donde tuvieron algunos problemas de sonido que solventaron sobre la marcha, y Balls deep. A estas alturas de 
concierto, mientas el grupo afinaba y cogía aire empecé a sacar las primeras conclusiones: mejoran mucho en directo y en el estudio no se capta su fuerza y suenan menos agresivos. Van entrelazando fragmentos más punk , algunos mas ska y partes melódicas; se nota su influencia por grupos como NoFX, Millencolin o Less than Jake. El concierto prosiguió con entre otras canciones Nothing to do, Inside Conflict´s toys, dónde Jeff (guitarrista) por poco tira una pantalla al suelo. Uno de los espectadores se dio cuenta y evito que se cayera. Precisamente Jeff estuvo especialmente destacado, con una actuación desbordante de energía. Se pasó todo el concierto sin parar de botar y de moverse. Pero si cabe destacar a alguno por encima de los demás debe ser Remi. ¡Qué espectáculo! Tanto al trombón como a la voz lo dio absolutamente todo. Como dijo Iñigo “Eso son ganas”. Tras una nueva interrupción para coger aire y recibir aplausos del público dieron paso a la parte final del concierto. Petición de palmas mediante, reiniciaron con Wasting my time again, tocaron otra canción que no pude reconocer (para el próximo prometo aprendérmelas mejor) y finalizaron con Infected. Gritos de we want more les hicieron retornar para marcase el último tema con invasión de escenario incluida. Si en su gira se acercan por vuestra ciudad, no perdáis la oportunidad de verlos.
La única forma de mejorar una noche de domingo es ver todos los grupos. Mea culpa.
- Txiwa
