Con su segunda edición, el Getafe EN VIVO se consolida como uno de los grandes festivales del país. Así lo apunta, al menos, la asistencia masiva del público, con cifras oficiales que hablan de 65.000 personas el primer día, 69.000 el segundo y 70.000 el tercero. Un récord para los tiempos que corren y un reto para la organización.
JUEVES 8
LA PULQUERÍA (por Jorge Jiménez)
Escasos 60 segundos, fue el tiempo que necesitó La Pulquería, el segundo grupo que actuaba en la pasada edición del En Vivo, para meterse literalmente al público en el bolsillo.
Mientras los componentes salían al escenario interpretando unas bases rítmicas de ACDC, el aforo, que alcanzaba desde el escenario a la mesa de sonido, meneaba el esqueleto demostrando que venía con muchas ganas de fiesta.
El sonido era claro, potente, y la actitud del grupo: innegable.
Pero si el primer minuto aventuró una cita memorable, el segundo determinó lo que sería la tónica constante: las voces apenas se entendían en aquél sonido recio. De hecho, el constante ir y venir de los músicos al técnico de escenario, dejaba claro que ni ellos ni nosotros disfrutamos de un sonido en condiciones en todo el concierto.
Aún así la comunión del grupo con su público no decayó, y lo que le faltó a los técnicos lo pusieron de sobra los asistentes ¿Quién dijo que el mejor altavoz no son más de cien gargantas? En apenas tres cuartos de hora, interpretaron temas de su trabajo más reciente -Fast Cusine, 2010-: "El gran Chingón", "Cualquier día", "¿Donde están?" o "Cabeza Hueka", intercalados con algunos de sus clásicos como "Always", "Machetazos en el corazón", la versión "Calaveras y diablitos" de los Fabulosos Cadillacs, "Morirse de pena" y, la que más destacó de todo el repertorio, "El día de los muertos".
A su favor, decir también que tuvieron un recuerdo para el grupo al que le había tocado la difícil tarea de inaugurar las actuaciones del festival: OH MURRAY!!!
En definitiva, un concierto en el que destacó la excelente respuesta del público ante esta particular mezcla de rock, ska y rancheras de los valencianos.
LOS SUAVES (por Jorge Jiménez)
Los Suaves ofrecieron un concierto muy similar a lo que vienen haciendo en esta última gira, eso sí, con recorte de temas por cuestiones de horario. "Preparados para el Rock and Roll" fue su argumento de entrada, aderezada con los saltos del Yosi.
Con ellos sucedió algo parecido a lo que se había vivido horas antes en el mismo escenario con La Pulquería: el público era la voz, pero no por problemas técnicos, ahora todo sonaba a la perfección, sino por la acuciante falta de voz de su líder.
Sabemos que los gallegos son una de las bandas míticas del rock estatal, de hecho, una banda de culto para sus seguidores, pero viéndoles cuesta no reflexionar sobre lo que puede dar de sí la vida de un grupo. Por desgracia, cuando así lo quiera la salud de Yosi, desaparecerán para siempre y, mientras tanto, no pueden más que regalarle al personal un karaoke de lujo. Tocan los auténticos, es cierto, pero si les has visto muchas veces llegarás a la conclusión de que es imposible que conecten con una nueva generación, porque es básicamente un espectáculo de nostalgia.
“Los sueños se van", "Chou-chou”, “Esta noche te perdí", "Palabras para Julia", "San Francisco Express”, "Malas noticias" o “Adiós, adiós”, con presentación incluida por parte del Yosi -que tampoco se llegó a entender- formaron parte de un repertorio muy bien elegido con el que el grupo se sentía como pez en el agua. Los músicos virtuosos y el Yosi a sus anchas por el escenario, repartiendo besos y complicidad con sus compañeros, salvo, otra de las eternas constantes, con un Alberto Cereijo al que hace años que no se le ve del todo reconciliado con el cantante.
"El afilador" y "Dolores se llamaba Lola", quizá su canción bandera, hicieron de broche final, antes de que uno de los técnicos se llevara en volandas a un Yosi tambaleante de pecho descubierto. Y, por el aire, la curiosa sensación de que este podría haber sido el último concierto de Los Suaves. Que no lo sea y que los que vengan, sean mejor.
BAD MANNERS (por Rfons)
Nos acercamos al festival En Vivo para ver a una banda que teníamos ganas de pillar: Los míticos Bad Manners, trayéndonos su ska two tone directamente desde Inglaterra. Esta banda lleva dando guerra desde 1978, y aunque de la banda original tan sólo queda su cantante, Fatty Bloodvessel, siguen sonando como siempre.
El público era bastante numeroso, difícil dar una cifra aproximada dada la masa de gente que acudió al festival. Aún así hay que decir que por mucha gente que hubiera, no podía hacerle sombra al aforo que logró Mago de Oz, el grupo inmediatamente anterior. Y qué le vamos a hacer, en España no hay tradición de bailar ritmos jamaicanos, al contrario que en otros países europeos.
La banda salió al escenario y comenzó a tocar una introducción para dar entrada a Fatty, que fue recibido con gran expectación. Se le veía en forma, literalmente hablando, ya que comparado con sus viejos tiempos, nos dio la impresión de que ha perdido bastante peso.
Arrancó cantando “This is ska”, y el público, que ya venía calentito, comenzó a bailar inmediatamente. Le siguió “My girl lollypop”, la famosa versión de Bad Manners del éxito de Millie Small, “My boy Lollypop”. Entre el público era fácil identificar a los fans de esta banda, que cantaban emocionados.
El siguiente tema era “Skaville UK”, y después “Loraine!”. Todo clásicos para comenzar el concierto. Tras esto, “Feel like jumping” hizo saltar a todos los asistentes, mientras Fatty hacía retumbar el escenario con sus saltos.
“Walking in the sunshine” fue su siguiente tema, y de ahí una versión del “Sally Brown” de Laurel Aitken, tema mítico para los amantes del ska, que arrancó los cánticos del público.
De ahí fueron a “Fatty fatty”, tras lo que sonó “King Skafa”, una gran canción de esta banda, pero poco esperada para este directo. Desgraciadamente los vientos no dieron la talla, puede que por la falta de un trompeta, y simplificaron bastante la melodía, haciendo que sonara un poco descafeinada.
Sin embargo, pronto se ganaron al público con un popurrí que comenzó con “When the saints go marching in” y terminó con “Can´t take my eyes of you”, que sonó bastante pachanguera y arrancó cánticos de todo el público.
La recta final del concierto comenzó con “Just a feeling” y el “Pussycat”, que sonó muy animada e hizo bailar desenfrenadamente a todo el mundo. Los vientos aprovecharon para hacer una ronda de solos que sonó bastante bien, con fragmentos de “Guns of Navarone” en el solo de trombón muy coreados por el público.
Todavía no era la hora de terminar la fiesta, y la siguiente canción fue “Ni ni na na na na ne un”, todo un clásico de Bad Manners (y su profunda letra…) De ahí pasaron a “You fat bastard”, un momento muy hooligan, con Fatty sacando su enorme lengua al público.
Los últimos temas fueron “Woolly Bully” y “Special day”. No hubo bises, ya que el tiempo se había agotado y en seguida procedieron a recoger el escenario y prepararlo para la siguiente banda.
En definitiva, la banda se empleó a fondo, hizo sonar sus clásicos y montó una buena fiesta. Echamos de menos alguno de sus temas como “Skinhead love affair”, o “Bonanza Ska”, pero con el tiempo que tenían disponible el espectáculo fue más que satisfactorio.
A PELO Y TU (por Javi JK)
A Pelo y Tú, el grupo de versiones de Platero y Tú, se presentaba en el escenario 3 ante un numerosísimo público que abarrotaba la carpa. Ya eran horas altas de la madrugada pero el cansancio (y el alcohol) no contrarrestó las ganas de recordar a los de Bilbao. Un amplio repaso a su trayectoria en el que no faltó temas como “Mari Madalenas”, “Juliette”, “Al cantar”, “El roce de tu cuerpo”, “Cigarrito” o “Hay poco Rock and Roll”. A Pelo y Tú, a pesar del éxito que están cosechando, se les empieza a quedar algo pequeño a sus integrantes y por eso recientemente, y bajo el nombre de A Media Tea dan rienda suelta a sus composiciones. Su último single “Sin trampa ni cartón” tuvo su hueco dentro del setlist. Un buen y animado concierto aunque en mi opinión faltaron algunos temas de Platero tan emblemáticos como “Me dan miedo las noches” o “Abecedario sin letras”.
VIERNES 9
BENITO KAMELAS (por Jorge Jiménez)
Aún con la solana y el omnipresente polvo del recinto, miles de personas se congregaban a media tarde para ver a los Benito, una banda valenciana que sin hacer un rock urbano muy novedoso tiene esa chispa especial que engancha, tanto en sus letras como en su directo.
El público, ante todo, venía a pasárselo bien y los Benito se lo curraron con un sonido correcto pero sin brillo; "Furgoneta", "Sueños rotos", “Loko”, “Cocaína”, "He decidido", "Fue mi abuelo" con dedicatoria para el movimiento del 15M y un guiño a la república, "Iros a la mierda", "Ayer soñé", “Aquellas cosas que solíamos hacer”, una curiosa versión del "Thunderstruck" de ACDC cantada por el batería, “La, la, la” y “Valencia ciudad”, completaron el guión del concierto.
Vimos, en resumen, a un grupo cómodo, con las tablas que da la experiencia pero lo suficientemente cercano como para establecer con el público un diálogo de igual a igual, en el que el baile, la sonrisa y la fiesta no decayeron en ningún momento. Todo un detalle por parte del grupo.
MOJINOS ESCOZIOS (por Javi JK)
Poco después de las ocho y media, y con el sol ya cayendo por el horizonte salieron Mojinos Escozíos. Pequeños y mayores se agolpaban delante del escenario para ver la actuación del Sevilla y compañía. Abrieron con “Que güeno que estoy” y les siguieron “Niño, joé” y “¿Me has dicho borracho?”. En ese momento hubo un parón, donde el frontman reclamó a la parte femenina del público que le enseñase la delantera. Según él, sin esto no era un concierto de rock completo. Mucho cachondeo entre los asistentes, en los masculinos sobre todo. Siguieron cayendo temas emblemáticos de la banda como “Mi jefe”, “Al carajo” o “Las niñas de la Saye” durante la hora que duró el show, con una fenomenal acogida entre la gente. Todo ello aderezado con parones donde el Sevilla gritaba “Ramooon, enciéndeme la luuuz”, para observar si alguna fémina se animaba a darles una alegría. Un concierto simpático pero que creo que gustó más a los adolescentes que a los más mayorcitos.
ROSENDO (por Jorge Jiménez)
"A ver si acaba el pesao este y empieza con las de siempre".
Pudiera ser un comentario aislado sin más, pero no fue el único en este sentido que se podía escuchar entre los asistentes. Y es que los nuevos trabajos del gran Rosendo, suelen despertar poca admiración en directo, salvo los típicos temas aislados que parecen creados casi en exclusiva para amenizar los conciertos. Desde luego son temas personales, innegable, pero quizás el ritmo o una fórmula repetida hasta la saciedad le resten la accesibilidad que distingue a gran parte de su repertorio.
Rosendo disfrutó de un sonido muy decente, mejor en líneas generales de lo que venía siendo la tónica el festival, y esto junto con casi un llenazo -lo que es decir mucho para un evento de tal magnitud- llevaba a presagiar un concierto de los que hacen historia. Sin embargo, siguió el esquema de su gira actual y centró la primera parte de su actuación en temas de sus discos más recientes como: "A moco tendido", “Ni gozo ni calvario”, “Mala tiña” o “No son gigantes”, “A veces cuesta llegar al estribillo” o “Amaina tempestad”.
La cosa se animó después, y mucho, para la segunda mitad del concierto. Ahora sí, Rosendo, en su papel de maestro del rock, y el público se hicieron una piña entonando clásicos de la talla de “Que desilusión”, la estupenda ”Flojos de pantalón”, “Pan de higo”, “Agradecido” o el eterno tema de Leño con el que se despidió: “Maneras de vivir”.
THE TOY DOLLS (por Javi JK)
Uno de los platos fuertes del viernes era la actuación de The Toy Dolls, ese trío inglés alocado de punks, capitaneados por el incombustible Olga y su eterna sonrisa. Con mucho público, pero con huecos en posiciones más o menos adelantadas empezaron a sonar las primeras notas de “Cloughy is a Bootboy”. Después fueron dando cuenta de otro montón de canciones; y es que 32 años y 15 discos dan para mucho. “Lambrusco Kid” con botellón gigante del vino italiano incluido , “Spiders in the dressing room”, “She goes to Finos” o la archiconocida “Nellie the elephant”, que quizá tocaron demasiado pronto, son un buen ejemplo para que cualquiera que las conozca pueda imaginarse el fiestón que se desató durante su descarga. Y es que Olga sigue en plena forma, con sus gafas y con su sonrisa burlona. Muy divertido.
BOIKOT (por Jorge Jiménez)
Los Boikot han sabido ganarse el respecto y la admiración del público sin otro secreto que el de curtirse en los escenarios. Se nota en su música -sus grandes clásicos suenan mil veces mejor ahora que antes-, en la calidad de su sonido -por regla general suenan a la perfección- y en las masas de gente que acuden a su llamada allá donde toquen.
No podía ser menos en la madrugada del tercer día de festival y, a las 3:15h, a pesar del cansancio de la jornada, el escenario en el que tocaban estaba repleto hasta la bandera. Impresionaba ver, en la penumbra de la intro de "Inés" -tema con el que abrieron-, como la masa de gente se venía arriba a la espera de los primeros acordes.
Sin embargo, aún con la actitud del respetable y la entrega del grupo, con la ayuda de un "Txiquitín" a la trompeta que no para de arengar al público y las acertadas colaboraciones en algunos de sus temas, el concierto no resultó del todo convincente.
Hubo constantes y graves fallos de sonido, tanto dentro como fuera del escenario -pocas veces hemos visto a Alberto acercarse y gesticular tanto al técnico de escenario-, a mi juicio, el repertorio elegido no fue el mejor y, para colmo, el polvo pasaba de molestia a auténtica jodienda.
Interpretaron muchos de sus temas más recientes, desplazando algo del punk de la trilogía del Che en beneficio del ska del "Amaneció" o los temas del que será su nuevo disco. “Insert coin”, “Sexo, drogas y rock&roll”, “Tekila”, “Bumbara”, “Mentiras”, “De espaldas al mundo”, “Naita na”, “Grito en alto”, “Bajo el suelo”, “Tierra quemada” o “Skalashnikov”, integraron el grueso del setlist.
Para el recuerdo el guiño de la banda a la memoria del Rober de Porretas, recientemente desaparecido.
KOMA (por Javi JK)
El cierre a los dos escenarios principales para esta noche estaba reservado para Koma; y los navarros no defraudaron. “Imagínatelos cagando” abrió el camino para el repaso a sus ya ocho discos; y a pesar de ser una más que avanzada hora de la madrugada, sus fuerzas no flaquearon en ningún momento; y al parecer las del público tampoco, pues ocupaba en gran número la explanada frente al escenario. “La almohada cervical” o “Sin oxígeno”, de su último álbum, o “El marqués de Txorrapelada”, ”Bienvenidos a Degüelto”, “Mi jefe”, “Tío Sam”, “Sakeo” o “Aquí huelen como que que han fumao” pusieron a prueba nuestras piernas y nuestras cervicales. Poderoso concierto donde los haya y que quizá, y siempre en mi opinión, podría haber gozado de una hora menos intempestiva.
SABADO 10
CELTAS CORTOS (Por Javi JK)
Los vallisoletanos Celtas Cortos eran otro de esos reclamos que el cartel tenía para los menos rockeros; no porque no lo hagan sino porque su popularidad ha trascendido hasta otros públicos. Un set movidito, con un Cifu bastante animado que no paraba de moverse por el escenario. No faltaron sus grandes clásicos como “20 de abril”, “El emigrante” o la coreadísima “La senda del tiempo”, que supuso uno de los momentos álgidos. Mucho público y variopinto abarrotaba hasta más allá de las torres de sonido. Incluyeron en su setlist bastantes melodías celtas como “The drunken sailor”, y así pudieron demostrar la habilidad que sus músicos poseen de los instrumentos. Para acabar eligieron “No nos podrán parar”, que sonó como un verdadero grito de guerra.
TXARRENA (por Jorge Jiménez)
Sin lugar a dudas, uno de los mejores, si no el mejor, concierto de todo el festival.
El Drogas sencillamente estuvo enorme, con una voz y unas dotes interpretativas envidiables, demostrando que se defiende igual de bien con la acústica, con el micro o con el bastón que con el bajo en su grupo de siempre. En cualquier caso, si hay algo de lo que el Drogas se tenga que sentir orgulloso es de saber liderar un grupo dejando espacio y protagonismo para el resto de músicos. Mi aplauso más sincero.
Los músicos, cojonudos, disfrutando y haciendo disfrutar, incluso apenas se notó la ausencia del Brigi, que no tocó la batería en esta ocasión.
Hoy por hoy, Txarrena, con dos discos tiene la suerte de poder defender una muestra más que significativa de su repertorio, lo que es una suerte para el público y nos da una idea del futuro que puede llegar a tener este proyecto paralelo a Barricada.
El de esa jornada era el concierto de presentación de su inminente directo: Con nocturnidad y alevosía (2011), grabado en los pasados San Fermines, y pudimos disfrutar de temas como “Poca luz”, “Salvaje mirar”, “Así”, “El charco”, “Todos los gatos”, “Con tu piel”, “Nos queda poco tiempo”, “Estos clavos”, la impresionante versión del "Frío" de Alarma, y un apoteósico final con “Empujo pa’kí” y “Azulejo frío”.
¡Qué corto se hizo! Una frase que resume perfectamente la calidad y el alma del concierto.
THE OFFSPRING (Por Javi JK)
Acababa de empezar Sober en el escenario de la izquierda cuando la multitud se apresuraba a coger sitio en el de la derecha. Difícil decisión para muchos, pero lógica en cierto sentido pues a Offspring es bastante más difícil verles por estas tierras. Con esto no quiero decir Sober tocaran solos ni mucho menos, ya que éramos 70.000 personas y había gente de sobra para cubrir ambos escenarios y gran parte del resto del recinto. Tantísima gente que a media hora de empezar los californianos desistimos y abandonamos el sitio desde donde habíamos visto con holgura al resto de bandas. Nos tocó irnos más atrás, donde al menos se podía respirar. Offspring salió, tocó y convenció; y no es para menos pues eran el gran cabeza de cartel del festival. Con un repaso a todos sus grandes hits se metió fácilmente a todo el respetable en el bolsillo. Desde la primera “All I want”, pasando por “You´re gonna go far, kid”, “ Come out and play”, “ Staring at the sun”, “ Original prankster”, “Why don’t get a job”, “Pretty fly for a white guy” o “ Kids aren´t alright” hasta llegar al apoteósico final con “Self steem” derrocharon energía punk por los cuatros costados. Apuntar también que entre la tercera o cuarta canción y la siguiente pararon porque al parecer en las primeras filas el desmadre era exagerado y se temía incluso por la integridad de algún fan. Sin duda fueron los grandes triunfadores del festival .
CONCLUSIONES (Por Jorge Jiménez)
Con su segunda edición, el Getafe EN VIVO se consolida como uno de los grandes festivales del país. Así lo apunta, al menos, la asistencia masiva del público, con cifras oficiales que hablan de 65.000 personas el primer día, 69.000 el segundo y 70.000 el tercero. Un récord para los tiempos que corren y un reto para la organización.
Sin duda, la presencia de bandas internacionales, en un cartel variopinto donde cabe el rock, el metal, el hip hop o el mestizaje, además del precio ajustado de las entradas, es el principal reclamo, pero, a Last Tour Internacional (la productora) aún le quedan temas pendientes para la siguiente edición -que seguro habrá-; a saber: un número de duchas acorde con la cantidad de público, contenedores para los deshechos de los acampados, o un servicio de mantenimiento de los aseos más continuado y metódico...
El polvo, el dichoso polvo, fue, de nuevo, otro de los protagonistas: la organización cubrió gran parte del piso de arena con una lona azul para evitar su presencia, pero a la larga, la medida resultó ineficaz y el uso de mascarillas se hizo, al igual que el año pasado, más que necesario. Como punto negativo, apuntar que la configuración de los escenarios en el recinto, no estaba preparada para la masa humana que acudió a la llamada de The OFFSPRING, durante la cuál, más de uno decidimos alejarnos.
A todas luces es lógico que existan fallos y habrá que esperar a la tercera edición para ver la respuesta de los organizadores. Por el momento, la cita del EN VIVO queda muy cercana a fórmulas como el Viñarock o el Extremúsica, eventos que a la larga han ido desapareciendo por unos u otros motivos. Veremos la tercera.
CONCLUSIONES (Por Javi JK)
En Vivo se consolida como uno de los grandes festivales del estado. La ubicación en la comunidad de Madrid asegura las comunicaciones con otras regiones y evita el calvario que es para muchos llegar a sitios como Albacete o Cáceres. A esto se debe añadir los precios anti-crisis, y es que era realmente barato pagar 30 euros para la cantidad bandas de calidad que proponía el cartel. Además con una fórmula aperturista donde sin complejos se mezcla metal, punk, ska, hip-hop, o pachanga; y por último, con un gigante como Last Tour International organizando, el éxito está casi asegurado.
Las quejas, siempre numerosas en estos macroeventos, seguro que repiten los mismos argumentos. Hay que decir que se trató de evitar el molesto polvo cubriendo gran parte del reciento con unos plásticos, aunque para el segundo día muchos de ellos ya no eran más que jirones. Esto debería arreglarse para futuras ediciones. El tema de los servicios, realmente lo vi bien y apenas había cola, sobre todo en los urinarios para chicos. Cierto es que las chicas lo tienen más difícil. Tampoco conviene olvidar que hay gente que va meando por las paredes y el olor puede llegar a ser insoportable, pero la culpa de eso la tenemos nosotros. Y es que al amparo del alcohol y la fiesta pudimos ver hasta a uno defecando al ladito casi de las barras, tapado únicamente por un contenedor de basuras. Todo esto deberíamos tenerlo en cuenta también.
De la zona de acampada no puedo hablar pues ni la pisé.
En resumen, que siempre se puede mejorar y como público debemos exigir que cada vez se vayan subsanando los errores cometidos; pero tampoco perder la perspectiva de que es imposible “controlar” a 70000 personas.
- Miguel Ayuso, Tom Hagen
