Superhéroes sin moral Siniestro Total es, sin duda alguna, uno de esos grupos que han marcado una buena parte de la historia musical española durante los últimos 30 años y nos congratulamos de que sigan en activo. Por este motivo, siempre es una buena noticia acudir a la presentación de su último trabajo, "Country & Western", con el que han dado otra vuelta de tuerca a una carrera artística en constante evolución.
Justo antes de comenzar, Julián Hernández, ataviado con un sombrero de cowboy y gafas de sol, anunció que el concierto iba a estar compuesto por dos partes bien diferenciadas. En la primera presentarían su último trabajo, mientras que tras un descanso de alrededor de 15 minutos tocarían temas de “la vieja artillería de toda la vida”, comentario que suscitó la aclamación generalizada del público.
La banda tocó todas las canciones de "Country & Western" en el mismo orden en el que aparecen publicadas, circunstancia que provocó que incluso a los más fanáticos les costase entrar en el concierto y terminaran con la sensación general de “no ha estado mal”. Sin embargo, temas como "La paz mundial", "Los putos amos" y "Mira por dónde pisas, cowboy" tienen pegada suficiente como para convertirse en clásicos dentro de sus próximos repertorios.
Una vez terminada la pausa de rigor, y con los integrantes del grupo ya ataviados con el{ traje característico de sus últimas actuaciones, las canciones encargadas de romper el hielo fueron "Matar jipis en las Cíes", "Diga qué le debo", la versión del clásico de Obús "Vamos muy bien" y "Vámonos al Kwai". Tras dedicar "Ay Dolores" a Lola Flores o a la Cospedal continuaron con "Alégrame el día", "¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿A dónde vamos?", "Cuánta puta y yo qué viejo" y "Todo por la napia", combo que terminó de encender al público. Posteriormente vinieron “Yo dije yeah!” (precedida de un surrealista solo de triángulo por parte de Jorge Beltrán), la ingeniosa versión del tema “David Watts” de The Jam que es “Emilio Cao” y la muy coreada “Bailaré sobre tu tumba”, que compusieron basándose en un fragmento de la película “Cotton Club” en la que unos hermanos bailadores de claqué, al verse amenazados por un matón, mantienen la siguiente conversación:
—Tú solo no puedes matarle..., pero puedes bailar sobre su tumba.
—Lo mataré con mis zapatos de claqué.
Como supongo que a muchos otros seguidores de la banda, me encantó escuchar de boca de Julián la explicación sobre el origen de la letra de "Corta o pelo, landrú", que había cantado mil veces a pesar de no entender que el término "chucarelo" se emplea para nombrar a los procedentes de la localidad pontevedresa de Corujo.
Para finalizar las alrededor de dos horas de música en directo nada mejor que "A casa", la imprescindible “Miña Terra Galega” (versión del clásico “Sweet home Alabama” de Lynyrd Skynyrd, que aprovecharon para agradecer su labor a los técnicos y presentar a los integrantes de la banda), el subidón de adrenalina que siempre provoca "Ayatollah!" y la acostumbrada despedida con todos los miembros de la banda puño en alto al son del himno soviético. En definitiva, si tuviéramos que puntuar el concierto daríamos un 6 a la primera parte y un rotundo 9 a sus grandes clásicos.
