Con sólo un disco en el mercado, Trashtucada han conseguido llevar su espectáculo por todos los grandes festivales del país (Derrame Rock, Aúpa Lumbreiras, Viña Rock…), así como realizar una gira europea en la que se han encontrado más que arropados por el público. Con antecedentes como estos, esperábamos con ganas el momento de verles en una sala, donde podríamos disfrutar de su directo sin los horarios estrictos que marcan los festivales.
Y el momento llegó el pasado viernes 15 de Abril en la sala Caracol. Pasada la 1 de la madrugada, los de Chiclana aparecieron sobre el escenario mientras comenzaba a sonar una intro instrumental, para dejar paso a los temas que forman su primer trabajo Y no es broma. Entre ellos pudimos escuchar canciones como Racka Plaka, Argentino Pan y Vino, y Extrecho, además de regalarnos un par de temas nuevos que estarán incluidos en su próximo disco, en el que ya se encuentran trabajando. A ritmo de ska mezclado con reggae, hip hop… se atrevieron incluso a contar con una colaboración al acordeón, instrumento que no estamos muy acostumbrados a ver sobre los escenarios.
Aunque en un principio al público le costaba entrar en calor, no tardaron en animarse y convertir aquello en una auténtica fiesta, que, tras Er Mail, culminó con una gran foto final con el público. Pero los Trashtucada aún no tenían ganas de irse, todavía les quedaban algunos temas en el bolsillo que no podían dejar de tocar, así que volvieron a coger sus instrumentos y continuaron con Infusión. Dejaron para el final dos de sus canciones más conocidas, Penélope, y De festi vale? Esta última, a pesar de ser un adelanto del que será su próximo trabajo, ya se ha convertido en un himno y es una de las más coreadas durante el concierto.
Durante cerca de hora y media estuvieron derrochando energía sobre el escenario, consiguiendo transmitir toda su alegría y ganas de pasarlo bien a todo el público allí presente, y es que está claro que uno de los motivos que han hecho que cada vez sean más conocidos son sus directos, en los que, desde la primera nota hasta la última, no hay un momento en el que no paren de saltar y bailar.
- Maud Bertrand