Último concierto del año para los madrileños Hamlet en el cual presentaban su décimo disco, “Amnesia”, y volvían a Zaragoza tras casi dos años.
110 minutos para volver de la Amnesia
Da cierto miedo escribir cualquier comentario sobre Hamlet, grupo con solera dentro de la escena metal estatal con ya casi veinte años de trayectoria, cuando uno no es experto en ellos, por lo que empezaré agradeciendo al personal de la Sala López por su atención y gesto a pesar del pequeño problema de coordinación que tuve en mi entrada.
Último concierto del año para los madrileños Hamlet, dato que recordaría Molly varias veces, en el cual presentaban su décimo disco, “Amnesia”, y volvían a Zaragoza tras casi dos años (su último concierto fue a primeros de 2010 en la malograda Sala DeVizio) contando con una entrada que los esperaba con ganas.
A las 22:15 salió Molly, con una destacada camiseta de Iron Fist, y los suyos sorprendiendo Tárraga con un chocante color blanco en su camiseta y comenzaron con ganas. Del tirón sonó La Fuerza del Momento, primer adelanto de su disco Amnesia, redondo y con unos “curiosos” teclados y la clásica Limítate ganándose con ello a todo el personal. Molly muy hablador durante toda la actuación, chocando manos, reclamando coros y aplausos recordó en este momento el esfuerzo en la preparación del disco y el agradecimiento a sus “fieles” por seguirles año tras año.
Desglosaron su último álbum donde muchos de los temas fueron ya muy coreados por gran parte de la sala, quizás incluso más que algunos de los clásicos que entremezclaron durante la noche. Así siguieron con dos temas duros como Mi Soledad, con unos rapeos propios de otros tiempos y Entre la niebla, más melódica y ñoña (“Párate a reflexionar antes de volver atrás”) para darse otro pequeño parón tras Vivo en él del Negro.
Destacar que tanto en estas como en el resto de temas cuando las guitarras y el doble bombo de la batería aparecían viciaban los temas haciendo en muchas ocasiones difícil escuchar a Molly. La saturación del sonido hacía que todo fuera prácticamente batería y más batería y es que quizás llevaban demasiado equipo para tal sala. La batería estaba encajada 
entre tanto amplificador y es que aunque la sala suene bien, que lo hace, y el técnico sea competente, que lo es… si meten la tralla que meten a esos volúmenes al final guitarras y baterías lo atrapan todo o acabamos todos sordos si suben a Molly al mismo nivel. Deberían buscar una solución a eso para lograr una calidad de sonido excelente propia de su nivel.
Tras volver a pedir la implicación de todo el mundo siguieron dando tralla casi del tirón con Esperaré en el Infierno también del disco Negro y 3 del Amnesia, la muy rockera tanto en letra como ritmo Deja Vu, que suena casi mejor en directo que en él disco (Comenzó como un juego más, eran tiempos para soñar; ningún freno a nuestra pasión, solamente acción), la Sombra del Pasado, muy melódica y con estribillo fácil y cerrar el ciclo con la brutísima Desesperación, que cierra el disco y rozó el death metal por momentos (la melena de Marín no dejo de volar durante la misma). Recuperaría Molly aliento con Serenarme del disco Syberia para seguir después con Denuncio a Dios, cuyo coro fue gritado por toda la sala e hizo trabajar duro a los limitadores de la sala para mantener el nivel en los 100 db (superados de inicio en todas las canciones).
Con el apetito abierto tras Denuncio a Dios y presentado ya medio disco de Amnesia comenzaron con el bombardeo de los temas más conocidos para acabar de animar a toda la sala. Siete historias diferentes de la Puta y el Diablo inició el repertorio, seguido de Mi Nombre es yo, que en mi opinión, fue la canción que sonó más redonda de la noche. 
Continuaron con Tu Medicina de Insomnio, para la alegría de los más fieles seguidores de la banda, que por lo visto no parecían los más abundantes en la sala. Se solucionaría pronto el silencio ya que continuaron con Jodido Facha donde a pesar de que el público parece que no colaboró tanto como les hubiera gustado y acabaron “adaptándola” a unos ritmos más lentos de los que debieran siempre es bien recibida.
Pasada ya de largo la hora de actuación empezaron a amenazar con su despedida anunciando tres más, que serían Despertar sin Vida de Amnesia, muy rápida y dura perfecta para esta momento pues serviría de preludio para Habitación 106. Molly y la banda sacando su lado más metálico por momentos para el deleite del personal. La cosa no quedaría ahí, pues con la sala entregada continuarían con Egoísmo e Irracional. Con tantos discos a las espaldas, quizás un set list fácil de hacer, pero sin duda muy acertado. Y a las 23:47 con hora y media de concierto del tirón la banda se retiró por primera vez. Dada la hora que era, habitual de cierre en la sala y por las luces de la misma, había dudas de si volverían… que sonará la temida música parecía una opción posible pero por suerte en apenas unos minutos volverían para poner cierre al concierto. Imaginé de Syberia retomaba el pulso de la banda y el público, y homenaje incluido a Iron Maiden con un inicio de 2 minutes to Midnight explicaría el por qué Molly había estado repitiendo a lo largo de la noche tantas veces que este era un concierto especial para ellos y es que rozando las 12 de la noche se marcaron un Feliz cumpleaños para uno de los miembros de su staff…para que luego digan del corazón de los jebis.
Risas apartes, siguieron descargando con otro de sus “históricos” como es Dementes Cobardes, que fue coreado por todos los presentes, y ya con luces dadas por la sala cerraron con el singles de Amnesia, “Un mundo en Pausa” muy propia de estos momentos (Sabes quién son, igual que yo, mantén la fe, es nuestra voz), fácil y que engancha, donde Molly y los suyos continuaban moviéndose, saltando y tocando como si no llevaran dos horas sobre el escenario.
Así pues, temas de saturación de sonido aparte, Hamlet presenta un nuevo disco interesante donde mezclan temas duros con otros más rockeros y melódicos. Muy interesante de oír y que presentan con un repertorio donde recuperan algunos de sus mejores temas. Si a esto lo unes la profesionalidad de unos músicos de su calidad hacen de sus conciertos una necesidad de ver para todo buen amante del metal estatal. Para el que escribe que llevaba unos cuantos años sin verlos en sala fueron 110 minutos para volver de la Amnesia. (Desde Syberia) Todo un Lujo.
