ENTREVISTA: Gustavo Cordera

El ex cantante de Bersuit presenta en España su nuevo proyecto: La Caravana Mágica.

En una distendida charla en el bar La Panza, nos cuenta un poco de lo que fue, lo que es y lo que será.


Gustavo CorderaZR: ¿Es tu primera gira en solitario por Europa?

Gustavo Cordera: En realidad, digamos que en solitario de la banda que formaba parte. Yo estoy formando parte ahora de una banda nueva que se llama La Caravana Mágica, que acaba de sacar su segundo disco, “Volumen 2”.

Yo hice un primer disco solista, que se llama “Suelto”, después en ese momento de transición fui estableciendo contacto con amigos, y formamos esta nueva banda compuesta por ocho integrantes.

ZR: Entonces estamos hablando de un grupo, no de Gustavo Cordera solista, ¿verdad?

GC: Totalmente, si por una cuestión formal o de visualización es necesario para ustedes decir que soy solista, yo lo acepto. Pero lo real, lo que la gente tiene que saber es que formo parte de La Caravana Mágica. Tres de los integrantes son uruguayos, de La Paloma, el lugar donde yo vivo. Son amigos míos con los que comparto la amistad, la música, las fiestas y un montón de cosas desde hace seis años. También forman parte Juanito el Cantor y Matías Ruiz, que me los presentó Matías Chávez que fue el productor de los dos discos de La Caravana Mágica. También Licina en los Teclados, Stella Céspedes en voz y coros, formamos La Caravana Mágica.

ZR: Esto responde un poco a la pregunta que te iba a hacer sobre cómo se nota la diferencia entre “Suelto” y La Caravana Mágica. El primero suena como el disco solista por excelencia, es decir, el disco de un músico que se aleja de su grupo y graba algo más íntimo. Y el segundo suena más a grupo…

GC: Y cuando escuches el que acaba de salir, le vas a encontrar más fuerza, más sentido… Es un disco que ya nació con mucha fuerza… Veo lo que está pasando en los portales de internet, lo que está pasando en las radios, en la televisión… Veo como está prendiendo y yo creo que es el momento de despegue de La Caravana.

ZR: Anteriormente tuviste un disco de Oro con La Carava….

GC: Sí, pero mi intención era ir trabajando de a poco la energía. El bajista por ejemplo no conocía Buenos Aires, es un pibe de campo, que estuvo trabajando colgado de los techos, se compró su bajo hace muy poco… O sea que es gente que recién empieza a vivir esta historia de las giras, viajes, público. Hay que llevarlos de a poco. Es como un jugador de fútbol que es un crack a los catorce años y lo querés meter en primera. Le podés cagar la carrera… Entonces yo fui consciente de eso y pedí paciencia en la compañía y les dije “Este es un proyecto a mediano y largo plazo. Si ustedes quieren ahora, al año de dejar Bersuit, tener la misma convocatoria, que yo haga todas las canciones de Bersuit para que venga todo el público, no cuenten conmigo”. Los que vayan a ver en vivo a La Caravana se van a encontrar con algo totalmente nuevo de punta a punta.

ZR: Me parece positivo que hayas tomado esa dirección y no estar tirando del carro de Bersuit, ¿no?

GC: Es que sería mendigarle al pasado un pedazo que construimos entre todos, para mi propio beneficio. Si la banda no se disolvió por eso.

Gustavo CorderaZR: De hecho ellos continúan, han sacado disco (“La Revuelta”) y quería preguntarte si lo habías escuchado.

GC: Sí, en cuanto salió. Me gustó, me gustaron muchas canciones, fundamentalmente las que tenían que ver con la impronta de Albertito, los dos temas de él me gustaron. Me gustó el alma del disco, es un disco más sosegado, tranquilo…

ZR: Sí, a mi me pareció lo mismo, y tal vez la gente esperaba un disco más cañero por parte de la Bersuit…

GC: Es que eso se lo daba yo, es mi temperamento. Yo soy muy visceral, fui trabajando esa energía y ya en este último disco vas a ver canciones que tiene esa impronta.

ZR: ¿Es por eso que decidiste dejar a la Bersuit para formar otro proyecto, sentías que esa energía querías depositarla de otra forma?

GC: No, yo lo que sentía en la Bersuit es que ya no había espacio para mi creatividad. Había mucha gente componiendo, y a muchas bandas cuando les va bien, todos los integrantes piensan que les va bien por ellos mismos, y que la banda no le da lo que cada uno de ellos necesita. Todos pensaban eso… Primero se hizo su disco Juan, después se hizo su disco Albertito. Me propusieron que yo haga el mío, yo acepté… Hasta inclusive me lo propusieron de una mala manera, fue como un “hacé tu disco y no jodas más con tus canciones”, ¿viste?

ZR: Pero muchos de ellos colaboran en “Suelto”…

GC: Sí, porque no había intención de disolución de la banda, queríamos hacer proyectos personales traídos por Bersuit. Sólo que cuando vieron que había interés en el material que yo hacía, e interés en mi carrera como solista, se pusieron un poco aprensivos, y ahí empezó a haber fricción. Y a salir cosas que yo no había visto. Y me di cuenta que teníamos que para un poco. Y en ese para un poco, yo sentí una necesidad muy grande de iniciar una nueva vía…

ZR: ¿Puede ser que en el último disco que grabaste con ellos se perciba cierto ambiente duro y la falta de alegría?

GC: Es un disco duro… Es que en ese momento, al no estar Santaolalla había mucha fricción entre nosotros. Las canciones que se eligieron, fueron por imposición y por disputas ególatras muy duras. Y se escucha eso…

Gustavo CorderaZR: Cambiando un poco de tema, ¿Por qué decidiste ir a vivir a La Paloma?

GC: Yo necesitaba un espacio donde pudiera empezar a recrearme. La ciudad, de alguna manera, al tener tanta información, no te da espacios internos para poder verte. Tenés muchas cosas para hacer, muchas cosas para distraerte, ¡muchísimas! No podemos soportar el silencio, no podemos soportar el vacío, y los espacios grandes. Necesitamos tener paredes, personas en frente, mucha información, mucho sonido, mucha estimulación… Y creo que nos está impidiendo acceder a nuestra humanidad. Estamos alienados, ya hace mucho que se habla de la alienación, pero nadie se imaginaba en ese momento hasta dónde íbamos a llegar. Si aquello era alienación, esto, no tiene forma de explicarse. Y el deterioro de nuestra potencialidad humana es enorme, y lo descubrís cuando te vas a un lugar natural. Cualquier persona de la ciudad, que se va a un lugar natural, lo primero que se da cuenta, es que no puede estar solo. De lo otro que se empiezan a dar cuenta, es que no pueden estar sin hacer nada. Practicar el no hacer. Es un ejercicio muy complicado. No, no hacer nada, practicar el no hacer. Es hacer mucho, no es no hacer nada, es hacer un montón. Que alguna persona intente quedarse cinco segundos en silencio y con la cabeza en blanco, a ver si puede. Que alguna persona se quede todo un día practicando el no hacer nada. Porque todos dicen: “Estoy cansado de hacer cosas, quiero irme a la mierda y no hacer nada”. Les propongo que vayan y practiquen eso que quieren, a ver si pueden, más de un minuto…

ZR: Es muy difícil desconectar…

GC: Yo tardé años en ver eso. Lo primero que me aturdía era mi propio silencio. Estaba contaminado de sonido. Tenía que prender alguna cosa para poder dormirme, porque el silencio me atronaba. Sentía vibrar mi cuerpo de ciudad. Y así con los pensamientos, y así con el no poder no hacer nada.

ZR: ¿La distancia te hizo ver las cosas de otra manera?

GC: Ahora que estoy viajando bastante a Buenos Aires, empecé a tener una mirada más profunda del lugar, y eso me sirvió para hacer las canciones que estoy haciendo, y para ver también…

ZR: La distancia te hace ver las cosas en perspectiva, y justamente, mirando de esta forma tu carrera te pregunto: ¿Está Gustavo Cordera en su mejor momento?

GC: Totalmente, te juro que lo siento así. No es una cuestión soberbia, es una cuestión de caudal de sabiduría, de contenido, de dejarme llevar por los cambios internos. Por tener la valentía de afrontarlos y mostrarlos, sabiendo de ante mano, que eso me iba significar la pérdida del público. Porque es cíclico todo esto, yo se que esa misma gente que ayer me puteaba, mañana va a escuchar el disco y va a decir “ah, no, ya lo quiero”. Y es que son las relaciones de amor de las personas. No podés mantener siempre un fanatismo. Para mí, ese fanatismo cuesta carísimo al artista, le cuesta morirse. Te cuesta no crecer, te cuesta ser un “careta”. Y a cualquier le pasa. Fíjate en una relación de pareja, si sos complaciente permanentemente con lo que la otra persona necesita ver de vos, te transformás en un “careta”, ¡y ya no sabés más quien sos! Es insostenible. Entonces el haber tenido la valentía de soltar y de perder el público de alguna manera, a mi me dio un salto cualitativo y artístico importante. Y la verdad es que mi nuevo vínculo con estos personajes que tienen hambre, que no tienen nada que perder, recobro yo de alguna manera la energía de cuando empecé con la Bersuit.

Gustavo CorderaZR: Es importante retroalimentarse…

GC: Totalmente. Porque esta misma gente si no es consciente, dentro de veinte años se van a convertir en chanchos que van a estar aferrándose a lo que hicieron, para no perder el público y no perder el estatus que lograron. Ellos mismos, que ahora tiene veintitrés años, si no trabajan en ellos como personas, van a caer en el mismo lugar. Necesitás laburar muchísimo en vos, y sentir mucho dolor de arrancarte cosas para poder llegar a hacer el disco que nosotros hicimos ahora, “La Caravana Mágica Vol.2”. Un disco libre, fresco, auténtico, novedoso, moderno. Después de hacer músico durante veinticinco años, y haber tenido el éxito que tuve, lo más normal es la decadencia. Lo hemos visto a lo largo de muchísimos músicos, y yo no creo en eso. Yo creo en la evolución.

ZR: Si hubieras seguido en la Bersuit, ¿te hubieras ido extinguiendo poco a poco?

GC: Yo no estaba bien físicamente, pesaba quince kilos más que ahora, estaba enfermo, mal… Pero hubo épocas oscuras y maravillosas, que sin eso no estaríamos hablando de esto. Ese es el barro y el compost donde se generó la flor. Es fundamental. Es como agarrar y mirar una flor y decir “Ay, que linda que es” pero no querés meter la mano en la tierra porque hay lombrices, bichos, comida podrida. Esa flor, es la transformación de eso podrido.

ZR: ¿Crees que hay que caer bien abajo para poder después subir con más fuerza?

GC: Totalmente. Porque la profundidad abajo-arriba, es una ilusión. O sea, no hay abajo y arriba. Mirás al cielo y pensás que estás mirando para arriba, y no estás mirando para arriba. La fuerza de gravedad te hace creer que estás mirando para arriba. Estás mirando hacia un lugar, que no es ni arriba ni abajo. Cuando vamos para abajo mil metros, tal vez estamos yendo para arriba mil metros, y no nos damos cuenta.

Lo que nuestros lectores opinan