Hace unos días, me enteraba de que la tienda Tipo de Ciudad Real baja el cierre para siempre. No es que me dé pena por ser la Tipo, aunque tengo que reconocer que gracias a ese catálogo he podido pillar muy buenos discos o camisetas. Hace unos años, la primera página de dicha revista, estaba repleta de direcciones de todas las tiendas que había en el estado español, hoy ya no pasa eso. Fui más asiduo a la de la calle Montera de Madrid que a la de Ciudad Real, pero repito, no es pena por ser la marca que es, sino como pequeño ejemplo de la situación actual con la industria discográfica.
Mola decir que estas a favor del pirateo y de la cultura libre y gratuita, es muy alternativo, muy undeground, quedas guay. Pienso que cada uno puede hacer con su música o su arte lo que le salga de las narices, no me meto ahí, me parece perfecto siempre que se respeten las opiniones de los demás, no todo el mundo tiene por qué estar a favor de eso, ni en contra. Mi opinión es que internet, por ejemplo, es un arma de doble filo donde mucha gente ve solo ventajas, y respecto al papel de las discográficas, pienso que aprovecharon todo lo que pudieron para sacar pasta en épocas de bonanza. Lo que está claro, es que aquí el que realmente ha salido perdiendo, lo mires como lo mires, es el artista medio, el currante de la música. Muchos pensaron que los músicos ya consagrados, estarían así toda la vida, y se está demostrando que no es así. A este paso, dentro de unos años, solo vivirán de su trabajo los productores de Bisbal, los esteticistas de Julio Iglesias y las multinacionales potentes, que siempre pueden volver a usar la fórmula de las Spice Girls, es decir, lo que determinadas emisoras de radio elijan y manden. El resto de los mortales que se dedican a esto, llegará un día en el que se cansen, otros tocarán solo para ellos y otros, si tienen un trabajo decente, sacaran discos como hobbie, o solo se gastarán las perras en buenos equipos. Al ser así, el público también perderá, porque perderá calidad en la cultura y puntos en común con la gente de su círculo, algo que ya está pasando. Adiós al boca-boca.
Internet, por ejemplo, no tiene una selección natural. Todo el mundo puede colgar su obra, hay gente que lo sube a Facebook directamente, otros invierten en promoción, así que la selección depende del dinero a gastar de cada uno para conseguir un fin. A mí, ya te digo, me parece bien lo que cada uno decida hacer con sus cosas, pero que una web cuelgue mil discos, libros o películas que el autor no ha regalado, para hincharse a ganar pasta en publicidad… no me parece tan bien.
A parte de eso, y esto supongo que ya es por romanticismo puro y duro, a mi me gustaba más el rollo de antes, de pillarte un disco y trillarlo, y saberte hasta los créditos, además de valorar el trabajo del ilustrador, y después de eso, copiárselo a un colega en cinta, dándole información sobre lo que iba a escuchar. Así sí. Por ejemplo, para el disco “Lagrimas de Rabia” de Boikot, hice la letra del tema “Instinto Animal” por petición de Alberto. Para mi es mucho, significan mucho en mi formación musical, es todo un orgullo y nunca les estaré lo suficientemente agradecido. Mucha gente no se da cuenta de esto, ni se enteraron, porque no compraron el disco, y no es una cosa que la banda deba proclamar a los cuatro vientos por las redes sociales. Yo cuando escucho un disco me gusta saber quien metió tal guitarra, quien grabó esos coros, quien es el productor, con quien trabajan, quien compuso aquella canción y de donde sale esta voz que no hemos oído nunca. Todo eso me hace de interesarme por otros grupos, y saberme sus obras. Y, bueno, eso era y es lo que me atrae cuando voy a saborear un disco, pero que un músico vaya a cagar mientras lee la Rolling Stone y cuelgue una foto en Twitter, me parece… irrelevante.