CRÍTICA ALBUM: Willis Drummond - A ala B

Willis Drummond - A ala B

1-Ilegala 2-Memperatzen dut 3-A ala B 4-Anai 5-Komedia 6-Tresna 7-Aginduaren zain 8-Ate ttipia 9-Berantegi 10-Munduari kondenatuak

  • Willis Drummond
  • «A ala B»
  • (Bidehuts)

El trabajo comienza a buen ritmo con "Ilegala" una letra 100% crítica y de denuncia con el punk rock asomando en menos de tres minutos de canción. Perfecta para abrir el disco.

En la segunda me trae a la cabeza sonidos de los Pearl Jam más rápidos, un tema redondo, tanto en la sonoridad de sus guitarras, con un riff de vértigo, como en una base rítmica en la que sobresale el bajo martilleante de Xan. "Memperatzen dut".

A la tercera llega un poco de la otra cara del grupo, el toque más sostenido, una bajada de tempo si se quiere. Más difícil de digerir que las dos primeros y directísimos temas, pero con un poso que va calando con cada nueva escucha. Reseñables los matices de la voz más melódica. Las guitarras vuelven a flotar por encima de un entramado rítmico sobresaliente. "A ala B" nos deja partes más suaves junto a potentes acelerones.

"Anai" ahonda en el terreno más pausado, con regusto de stoner o como quiera etiquetarse.

"Komedia" incluso baja un poco más el tempo llevando la canción a terrenos incluso de post rock. De nuevo los matices de la voz resaltan en el fraseado. Sin ser ningún virtuoso Jurgi sabe imprimir carácter a sus interpretaciones. Destacaría en este tema el trabajo de Félix a las baquetas. Xan sigue marcando la corriente con su bajo.

Retoman la velocidad con "Tresna". Un muy buen estribillo que se pega a la primera. Quizás la más redonda de entrada. “Matemos a nuestros dioses, la música no necesita de ellos” Cierra el tema un solo muy psicodélico de Joseba B. Lenoir que resulta perfecto.

El bajo en "Aginduaren zain" suena como un trueno. Mantienen el ritmo alto y las guitarras marcan riffs enérgicos. Pone las pilas al más apagado.

Una melodía muy sincopada nos presenta "Ate ttipia". Densa. Intensa. Una de esas canciones que da la sensación de que hay que mascarlas como un chicle. Una mezcla entre un tempo stoner y la intensidad enrevesada del post hardcore. Una delicia que seguramente nunca impactará a las primeras de cambio pero que va dejando un poso casi adictivo.

"Berantegi" sí que la catalogaría más como post rock o post hardcore. Otro ritmo sinuoso y entrecortado que se arrastra a lo largo de 5 minutos, terminando incluso con toques de puro hard rock.

Y cerrando esta colección de diez canciones "Munduari kondenatuak". Distorsión de guitarra para empezar y el ritmo de la batería entrando después, que dan paso a un riff muy en la onda de unos Fugazi. Si, definitivamente este tema me recuerda a los maestros de Washington DC.

En definitiva, una amalgama de sonidos muy variopintos seguramente poco accesible al público más convencional que hace necesario un punto de apertura de miras para poder disfrutarla en su totalidad. La producción de Karlos Osinaga en los estudios Bonberenea de Tolosa, como siempre, una delicia. Una presentación muy cuidada, como la mayoría de los trabajos del sello Bidehuts.

Atreveos con los Willis Drummond, seguro que a la larga lo agradeceréis.

  • Asier M.

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