NOCHE DE MÚSICA Y RISAS - Una noche más nos acercamos a la madrileña Gruta 77 para disfrutar de otro concierto de Engendro, a los que ya hemos podido ver más de una vez en esta sala, de la que son habituales. En esta ocasión venían muy bien acompañados por El Sobrino del Diablo, grupo catalán a los cuales no conocíamos, pero con los que nos llevamos una grata sorpresa.
Con un aforo de bastante más de media sala, dieron comienzo los catalanes mostrándonos un repertorio lleno de versiones hechas con humor en el que mezclaron el rock y el pop, demostrándonos que, con siete discos a sus espaldas, no les faltan tablas en el escenario. Al encontrarse inmersos en la gira de presentación de su último disco, Music is the best, basaron la mayor parte de su concierto en éste, dejándonos temas como El hijo del profesor de historia, Veo el tour de Francia o Enemigo público Nº2, aunque también tuvieron tiempo para repasar algunos de sus trabajos anteriores, como El punto G políglota oPor la pasta. No faltaron tampoco entre canción y canción pequeños monólogos y chistes que animaron aún más al público, para terminar con Me ví a comé una muffin, dejándonos un gran sabor de boca y muchas ganas de volver a verlos.
Y si con El Sobrino del Diablo habíamos empezado bien la noche, Engendro no iba a ser menos. El grupo liderado por Juan Abarca nos tenía preparada una sesión repleta de sus mejores temas, versiones hechas con ingenio e ironía que demuestran por qué suelen ser habituales del festival Mundo Idiota. Tras algunos problemas iniciales con los teclados, enseguida comenzamos a escuchar Los estragos del tiempo, a la que siguieron temas como Misa negra o Bambi. Presentándose bajo la formación de guitarra, bajo, batería y teclados, también nos enseñaron como es posible que un grupo suene bien sin guitarra, abandonándola Juan Abarca en varias ocasiones para dedicarse sólo a cantar. Así, nos encontramos con versiones de todo tipo de música, desde infantiles como Mallas (de La abeja Maya) hasta rockeras, Que rollo es el rock (de Los Rockeros van al infierno de Barón Rojo). No hay nadie que se libre de recibir sus críticas, como demuestra en Su santidad dentro del Llorones mix o en Rey mix. Para el final del concierto dejaron algunas de sus canciones más coreadas, como Manuel Machado y Plaga de crestas, en la que llegó a formarse un pequeño pogo, para terminar con Lidl, una de las más solicitadas durante toda la noche.
Si te gusta la música divertida, donde unas letras cuidadas mezclan el buen humor con las críticas a la sociedad, e incluyen la interacción con el público, El Sobrino del Diablo y Engendro son una buena combinación para pasar una gran noche en la que terminarás riéndote y con ganas de repetir.