El titular de esta crónica debería ser algo así como regocijo. Quizás un Por fin bien grande también me serviría. A pesar de que las veces que he tenido la suerte de ver a estos musicazos en directo me había quedado la espina clavada de no haberlo compartido con demasiada gente, esta vez sí, esta vez fue una gozada poder disfrutarlos ante una buena cantidad de personas y, lo más importante, entregadas al grupo, cantando sus temas, pasándoselo bien, bailando, saltando y con una sonrisa en cada una de las caras del respetable.
Salíamos corriendo camino de Burgos DF con el fin de verlos en su salsa, en las fiestas de San Pedro, que cualquiera que conozca un poco Burgos sabe de la importancia de esas fechas en la ciudad.
Llegamos con tiempo suficiente de verlos a ellos pero solo pudimos disfrutar los bises de Alamedadosoulna, grupo tipo mestizaje que nos dejó una grata sensación.
Al poco tiempo y en un gran escenario, con buenos medios y una gran pantalla tras la tarima de la batería, saltaban a las tablas estos cuatro burgaleses a darlo todo, acompañados a las teclas, programaciones, ... y con el arrope de esas imágenes que se iban dejando ver en la trasera.
Fuerte salida con "Flashback", como un ciclón, y seguido esa "Cuándo todo estalle" que cantamos a pleno pulmón. “Volverá a crecer la hierba”, como dice la canción.
Los músicos sueltos y sin guardarse nada para luego.
A la tercera nos regalaban "Use somebody", acertada versión del grupo Kings Of Leon, pero ir metiendo "Sin nombres", "Nudo y desenlace", "El fin y los medios" y "Para nada" en la que intercalaron, antes de esa parte de bajo que tanto me gusta, el "Reptilia" de The Strokes, que como siempre opino que les va como anillo al dedo.
Que rápido iba todo. Ritmo frenético y el público a gustísimo.
La explanada entre el Museo de la Evolución Humana y el rio Arlanzón estaba en ebullición.
"Unos y ceros" hizo mis delicias, me encanta el tema, tanto musicalmente como sobre todo en el tema de la letra. Adorable interpretación.
Tomando la licencia de Bernardo Atxaga diré que en esos momentos, tras una "Para nada" mezclado con "Reptilia" y este "Unos y ceros" genial un servidor levitaba veinte centímetros sobre el suelo y la sonrisa era imposible de borrar de las caras que veía alrededor.
Lo mismo que a los componentes del grupo.
Un reloj era proyectado en la pantalla y llegaba "Nuestra dirección" (rebautizada como Tic Tac) y seguido venía "Reset", otro de esos grandes temas de los que creo que ni el grupo es consciente de lo grandes que son, sinceramente.
“Mejor sentirse vendido que dejarse vender”, ciertamente.
Y para terminar sus dos hit-singles: "Salas de espera", el adelanto de su último trabajo (Ciclos) y cerrando con "Mentira" de su anterior álbum, Reset.
Digno colofón a un gran concierto
Se marcaron una final versión instrumental de "Rock it" que les quedó verdaderamente potente, a pesar de ahumarnos a todos con los artificios ubicados en el foso.
Que ganas teníamos de poder ser partícipes de un recital suyo con tan buen ambiente, por que aunque ellos se exprimen, ya sea delante de diez como de mil personas, la verdad es que sentir ese arrope y ese disfrute por parte del público hacen de un concierto algo especial.
Seguro que será la primera de muchas ocasiones en las que podamos gozar junto a ellos.
Pelos de punta nos acompañaros en el viaje de regreso junto a las ganas de repetir en un futuro cercano.
- Itxaso Garcia
