Era el jueves 12 de enero el día en el que Enrique Bunbury arrancaba la gira tras su último trabajo, “Licenciado Cantinas”, y el lugar elegido era Valencia. Poco antes del concierto nos enterábamos de que, debido a una faringitis, se veía obligado a aplazar tanto el concierto de Valencia como el del día siguiente en Almería. La nueva fecha para la localidad levantina era este miércoles 25 de enero, y para el pabellón Fuente de San Luis que nos acercamos a ver lo que se contaba el bueno de Enrique.
“Licenciado Cantinas” es el nuevo trabajo del artista zaragozano, el cual consta de 15 cortes consistentes en versiones de canciones tradicionales latinoamericanas. Bunbury es un gran amante de esta cultura y con este disco quería rendirle su particular homenaje. Entre los autores de las canciones interpretadas, gente como Agustín Lara, Louie Ortega, Pablo Casas Padilla o Atahualpa Yupanqui. Como curiosidad, destacar el orden intencionado de las canciones a lo largo del disco, con el propósito de narrar una especie de historia en la que el desamor y desconsuelo son principales protagonistas.
Apenas cinco minutos más tarde del horario previsto, las nueve de la noche, y con una buena entrada a pesar del alto precio de las entradas, hacían su aparición en escena los Santos Inocentes, la banda de Bunbury, interpretando, con un sonido y una puesta en escena impecables, “El mar, el cielo y tú”, el corte instrumental que abre “Licenciado Cantinas”. 
Seguidamente llegaba el momento de “Llévame”, ya con Enrique en acción, portando indumentaria cabaretera y su habitual sombrero. A estas alturas no hacen falta presentaciones: gestos miles, mucha presencia y entrega en el escenario, y muchas peculiaridades, lo cual le reporta por un lado mucha admiración, y por otro incluso animadversión. Afortunados y agradecidos nos sentimos los que nos encontramos entre los primeros.
Seguidamente, Enrique se dirigió al público encantado de estar esa noche allí y pidiendo disculpas a los afectados por el aplazamiento imprevisto del concierto, para dar comienzo a una particular versión del tema “El tiempo de las cerezas”, del disco que Bunbury sacó junto a Nacho Vegas en 2006. Para seguir entrando en calor, “El solitario”, “La señorita hermafrodita”, la carismática “El extranjero” y “Ódiame”, el que fuera adelanto del último disco.
También había tiempo para echar la vista atrás, hacia aquel “Radical sonora”, primer disco de Bunbury en solitario, con el primer corte del álbum, “Big-Bang”, seguida por “Los habitantes”, uno de los mejores temas de ese gran álbum que es “Las consecuencias”.
Tras una primera parte del concierto más “tranquila”, la segunda fue para enmarcar. Desde la interpretación de “Sácame de aquí”, fantástico corte del “Flamingos”, pasando por “Que tengas suertecita”, de “El viaje a ninguna parte”, y con la bonita “De todo el mundo”, “Sí” y “El hombre delgado que no flaqueará jamás”, tras la cual los músicos se retiraron del escenario, no sin antes hacer Enrique la pertinente presentación de los miembros de los Santos Inocentes, sobresalientes como siempre en su desempeño sobre el tablado.
En el primer bis y con una indumentaria mucho más macarra, Bunbury dio paso a “Bujías para el dolor”, del “Hellville de luxe”, posiblemente su disco más rockero en solitario. Posteriormente, llegaba el momento de ponernos románticos con “Mi sueño prohibido”, del “Licenciado Cantinas”, y la dolorida y a la vez preciosa “Infinito”, del “Pequeño”.
El concierto llegaba a su fin, pero aún no estaba todo dicho. En un segundo bis, Enrique dio paso a una canción todavía no interpretada en esta gira y la cual es muy difícil de escuchar en directo, “San Cosme y san Damián”. Según dijo, es una de las letras que más significado le reportan de las que ha compuesto, y la verdad es que no es de extrañar, porque se trata de un pedazo de tema, el cual fue un placer escuchar en directo. Como guinda al pastel, y como suele ser habitual, “…y al 
final”, muy emotiva como punto culminante a la gran actuación.
Dos horas de concierto en las que sí es cierto que faltaron temas emblemáticos como “Lady Blue”, “Alicia” o “Porque las cosas cambian”, pero no pudo haber lugar para todas. También es de extrañar la novedad de que en esta gira Enrique no haga ningún guiño a su pasado en Héroes del Silencio. Puede que sea casualidad o puede que no, el tema es que últimamente con las intenciones que nos llegan del resto de la banda de retomar la actividad y la negativa mostrada por Bunbury a ello, no sé si esto podría considerarse otra declaración de intenciones. Puede que sí o puede que no.
En cualquier caso, a nosotros sólo nos queda dar las gracias por tener la oportunidad de disfrutar de conciertos como éste.
- Esther Teching
