La mayoría de nosotros estamos acostumbrados a ver a Boikot al menos 5 ó 6 veces al año en grandes escenarios, en distintos festivales y fiestas, y en cualquier rincón del país. Pero verles tocar en una sala pequeña, con lo que ello conlleva, mayor cercanía con el público, un ambiente más íntimo… es algo que desde hace tiempo era casi imposible de ver.
Por eso, cuando anunciaron una gira por salas para presentar su último disco Lágrimas de rabia, sabíamos que por lo menos a uno de esos conciertos había que ir. Y el lugar elegido para ello fue Bilbao, una de las ciudades con mayor tradición rockera desde hace mucho tiempo. Íbamos dispuestos a disfrutar de una gran noche de punk-rock y la verdad es que no nos defraudaron.
Aunque en esta gira la idea era que en cada sala les acompañara, junto a Sonora, un grupo de la ciudad, en esta ocasión no fue así, y el cartel de esa noche estaba compuesto exclusivamente por Sonora y Boikot. Para los que, como yo, no habíamos visto nunca a Sonora, la primera sorpresa fue la formación, o más bien, la falta de un bajista en ella, algo muy poco habitual, aunque Sonora han sabido conjugar perfectamente las guitarras de Kosta, la batería de Grass y las mezclas de Dj Jabba, junto con la voz de Lou Garx, consiguiendo que no se eche de menos. Y aunque normalmente el grupo encargado de abrir la noche suele tener la tarea más difícil, en este caso no les resultó demasiado complicado, ya que desde el primer momento, con Lenguas de rata y Papito, en las primeras filas comenzó a verse movimiento. Y eso con la dificultad añadida de tener un sonido más metalero que probablemente muchos no se esperaban, pero que convenció a la mayoría. Tenían que aprovechar bien el poco tiempo que tenían, y lo consiguieron con una buena mezcla de temas de su primer y segundo disco, por un lado canciones ya conocidas, y por otro temas nuevos pertenecientes a Elemento II: Aire, como Al otro lado o El circo de las mentiras, algo que sus seguidores agradecieron. Y aunque parecía que acababan de empezar, ya nos encontrábamos cerca del final cuando sonaron Oro negro y Me siento vivo. Los minutos pasaban demasiado rápido y apenas quedaba tiempo para más, por lo que se despidieron con Staying alive, una versión de los Bee Gees incluida en su primer trabajo.
Se nos hizo muy corto el tiempo de Sonora, lógico ya que sólo tocaron una media hora, pero era la noche de Boikot y tocaba darles paso. Comenzaba el trasiego de instrumentos sobre el escenario, el cambio de un grupo a otro, aunque esta vez no era mucho lo que había que cambiar, una pequeña prueba de sonido para terminar de ajustarlo todo, y con los primeros acordes de la intro aparecieron sobre el escenario los madrileños, a los que se les unió, como ya viene siendo habitual en muchos de sus conciertos, el Txikitín a la trompeta. Desde el primer momento, con Inés y De espaldas al mundo, ya tenían a todo el público entregado, algo que tampoco les resultó muy difícil, ya que Boikot son casi un valor seguro. Por muchas críticas que reciban por parte de un sector del público, que se quejan de las pocas variaciones en su repertorio, ver a Boikot sobre un escenario es sinónimo de fiesta asegurada, ya sea en grandes escenarios o en una pequeña sala. Y es fiesta no sólo para el público, sino también para ellos, como demostraron durante todo el concierto, siempre sonriendo y bromeando entre ellos y con las primeras filas. Y es que esa cercanía y complicidad con sus seguidores es algo que, en el eterno debate entre festivales o salas, siempre saldrán ganando estas últimas.
En cuanto al set list, está claro que un grupo con una trayectoria como Boikot, donde más de la mitad de sus temas se pueden considerar míticos, es imposible hacer un repertorio a gusto de todos. Siempre habrá quien les haya visto pocas veces y quiera escuchar las de toda la vida, y otros que les vean varias veces al año y prefieran escuchar las nuevas. En esta gira de presentación de Lágrimas de rabia, entre temas más que consolidados como No Callar, Tekila o Amaneció, han incluido como novedad Gasolina, vidrio y mecha (una de las que más puntos tiene para triunfar en los directos), Enloquecer e Instinto animal, junto a otras nuevas pero ya conocidas por la mayoría como Naita na o Sexo, drogas & rock’n roll. Bajo el suelo es uno de esos temas que tiene su momento especial en los conciertos, y en esta ocasión no iba a ser menos, por lo que en el estribillo subieron al escenario a varias de las chicas de las primeras filas. Y para momento especial (y accidentado), la sorpresa que nos dieron cuando empezó a sonar Cría cuervos, la cual es muy, muy raro escuchar en un concierto “normal” de Boikot, para la que reclamaron la ayuda del público. Y decimos accidentado porque una caída de Txikitín nada más empezar hizo que tuvieran que parar de tocar. Por fortuna, Txikitín salió ileso, aunque no así su trompeta, por lo que tuvo que retirarse al camerino para intentar repararla. Volvió a comenzar Cría cuervos, y aquí, queremos mencionar al voluntario del público que salió a cantarla, que, si no es miembro de algún grupo, lo parecía de lo bien que lo hizo.
Aunque ya había pasado más de la mitad del concierto, Kosta, Juankar, Alberto y Grass seguían con las mismas fuerzas y ganas que al principio, sino más, derrochando toda esa energía que les hace tener unos de los mejores directos del estado, y es que, si después de tanto años aún siguen arriba, es por algo. Continuaron cayendo temas como Korsakov o Tierra Kemada, mientras abajo el público no sólo mantenía el nivel de los pogos, sino que los aumentaba. En Amaneció reapareció el Txikitín, ya con la trompeta arreglada, para meterse en la recta final del bolo, lo cual agradecimos ya que siempre es un lujo verle sobre el escenario. No quedaba mucho ya, y aún así, dentro del ambiente familiar que se respiraba, dio tiempo para ver como a Alberto, entre risas, se le iba la letra al principio de Instinto animal, o para ese pequeño homenaje a los Porretas mezclando Kualkier día con un fragmento de Marihuana. Ya tocaba despedirse, y, para hacernos gastar las últimas fuerzas que nos quedaban, lo hicieron al ritmo ska de Skalaniskov.
No podemos terminar sin darles un “pequeño tirón de orejas”. Ya hemos mencionado antes que es casi imposible hacer un set list que convenza a todo el mundo, y personalmente, al tratarse de la gira de presentación de Lágrimas de rabia, se echaron de menos más temas de este disco que nos gustaría escuchar en directo, como Golpear de pie o Botes de humo. Aún así, podemos decir que salimos de la Azkena más que contentos después de haber visto un conciertazo del nivel al que Boikot nos tienen acostumbrados.
- Tony Romero